No es la primera vez que un vestido ocupa titulares y se convierte en un símbolo de un momento histórico que nos ayuda a identificar, solo con verlo, lo que estaba ocurriendo por aquel entonces. Ocurrió con el little black dress que Diana de Gales se enfundó después de su ruptura con el príncipe Carlos de Inglaterra y que la prensa bautizó como "el vestido de la venganza"; pero también con el modelo de Versace que Jennifer Lopez llevó a los premios Grammy del año 2000 y que dio lugar a Google Imágenes.
El pasado lunes, Meghan Markle y el príncipe Harry se jugaban mucho. Sobre todo, ella; él no ha dejado de ser príncipe y vivimos en una sociedad que sigue siendo machista, así que la exactriz sabía que debía acertar, al menos, con su vestuario. Millones de personas en todo el mundo estarían pendientes de cada uno de sus movimientos y de su estilismo; y se enfundó un vestido verde esmeralda de Emilia Wickstead con capa y un tocado de William Chambers a juego, para acudir a la abadía de Westminster junto a su marido; con la presencia de Isabel II, los duques de Cambridge, y Carlos y Camilla. Y todos coincidieron en que había acertado.
Pero el Día de la Commonwealth, una fecha que marcaba el punto y final de su agenda como miembro de la casa real británica (tras diez meses y doce días), Markle tuvo otro compromiso. Ocurrió horas antes de que la viésemos entrando a la ceremonia religiosa; fue en el palacio de Buckingham, en donde se reunió con una serie de estudiantes para debatir cuestiones fundamentales, como la presencia de microplásticos en el océano, el cambio climático y la importancia del transporte sostenible. “Meghan habló con 22 estudiantes de todos los países de la Commonwealth durante un encuentro que duró 30 minutos, el pasado lunes a la hora de comer, antes de derramar algunas lágrimas y de despedirse de algunos miembros de su equipo, para después salir hacia la abadía de Westminster para el servicio del Día de la Commonwealth”, informó la editora de Town & Country, Victoria Murphy.
Para esta ocasión, Markle se vistió de working girl y opto por un vestido azul marino de Scanlan Theodore, con un lazo en el cuello; y por un recogido bajo y la raya al medio. Como complementos, un discreto clutch del mismo color y unos salones de tacón sensato.
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