La reina Máxima de Holanda vuelve a triunfar por todo lo alto con su última elección en el viaje oficial a Nueva York junto a su marido, el rey Guillermo Alejandro. Ambos han acudido durante estos días a las diferentes comparecencias celebradas en las Naciones Unidas, y ahora han sido ellos quienes han participado en la *Asamblea General junto al Secretario General, António Guterres.
Además se han reencontrado y de forma muy cariñosa con un miembro de su familia holandesa, la princesa Mabel, que también ha querido ser partícipe del acto que ha reunido a cientos de grandes personalidades políticas a nivel internacional.
Si ayer Máxima lució dos estilismos muy diferentes entre sí por las calles neoyorquinas –un nuevo vestido estampado geométrico y un sencillo conjunto conformado por modernísimo top blanco con cuello chimenea y falda lápiz negra con el que nos enamoró–, esta vez se ha decantado por un fabuloso estilismo digno de una reina con mucho sentido del gusto que nos recuerda a uno de los looks más famosos de la gran pantalla.
El vestido color camel fluido de manga larga, de corte midi y estampado de lunares blancos con cinturón ha sido quizás la elección que más ha favorecido a la reina durante esta corta estancia en la Gran Manzana.
La ‘royal‘ ha querido darle su propio toque personal con un clásico collar de perlas a conjunto de los pendientes, un antiguo reloj de Cartier con correa de piel y bolso blanco acolchado de Bottega Venetta con cadena dorada, creando así la nueva versión de la señorita Vivian Ward que cautivó a todos los espectadores en los cines y con el que ahora ha triunfado Máxima.
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