El discurso de la reina Isabel de Inglaterra para conmemorar el 75 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial

La figura de la reina Isabel II de Inglaterra (la respuesta a por qué no abdica) ha aparecido con mucha fuerza durante esta pandemia. Primero, por ese mensaje histórico (que puedes recordar aquí) con el que se dirigió a los británicos para pedirles que lucharan unidos para hacer frente a la crisis sanitaria, el pasado 5 de abril. Después, por celebrar un 94 cumpleaños de lo más atípico en pleno confinamiento, el 21 de ese mismo mes. Hoy vuelve a copar los titulares en todo el mundo con un nuevo discurso.

En esta ocasión, desligado completamente del coronavirus. La reina Isabel II se ha dirigido al pueblo británico para conmemorar el 75 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial con unas palabras previamente grabadas en el castillo de Windsor, donde pasa la cuarentena en compañía de su marido, el duque de Edimburgo. La hora elegida, las 9 de la noche, hora local británica, no era al azar: es la misma a la que su padre, el rey Jorge VI, se dirigió a los ingleses el 8 de mayo de 1945 en ese mensaje radiofónico que forma parte de la Historia de Europa.

A continuación, ofrecemos las palabras de la monarca inglesa, emitidas por la BBC en esta tarde en la que el mundo vive, como aquel día pero por circunstancias muy diferentes, una situación excepcional.

«Hoy damos gracias a Dios por un gran acontecimiento. Hablando desde la ciudad más antigua del Imperio británico, castigada por la guerra, pero ni un solo momento abatida o desalentada, hablando desde Londres, os pido que os unáis a mí en este acto de acción de gracias. Alemania, que arrastró a la guerra a Europa entera, ha sido finalmente vencida», comenzaba la monarca su mensaje.

«Os hablo a la misma hora a la que lo hizo mi padre hace 75 años. Su mensaje entonces fue un saludo a los hombres y mujeres de aquí y del extranjero que habían sacrificado tanto en pos de una ‘gran liberación’«, hacía hincapié en ese guiño a su padre, presente con un retrato sobre el escritorio.

Mientras celebrábamos la victoria en Europa, sabíamos que habría más sacrificios»

«La guerra había sido total, había afectado a todo el mundo y nadie fue inmune a su impacto. Ya fueran los hombres y mujeres que fueron llamados a la batalla, las familias que fueron separadas, o la gente a la que se le pidió que aprendiera nuevas tareas para que se pudiera sostener la economía de guerra… Todo el mundo tenía un papel. Al principio la perspectiva era lúgubre, el final lejano y el resultado incierto. Pero mantuvimos la fe en que la causa lo merecía y esta creencia, tal y como mi padre destacó en su mensaje, nos animó a seguir», continuaba la monarca.

Isabel de Inglaterra aseguraba que, el mejor homenaje al esfuerzo realizado por todos los que cayeron en la contienda, «es que los países que antes eran enemigos acérrimos son ahora amigos, trabajan juntos para la paz, la salud y la prosperidad de todos». Una clara alusión a la lucha contra la pandemia que estamos librando en estos momentos.

«Nunca abandonéis, nunca desesperéis. Ése era el mensaje del día de la victoria. Recuerdo vívidamente las escenas de júbilo que mi hermana y yo presenciamos con nuestros padres y Winston Churchill desde el balcón de Buckingham Palace. La sensación de alegría de las multitudes que se habían juntado fuera y en todo el país era intensa. Y mientras celebrábamos la victoria en Europa, sabíamos que habría más sacrificios. No fue hasta agosto cuando terminó la lucha en el Lejano Oriente y la guerra terminó», eran las palabras con las que daba fin a ese mensaje.

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