Tras reunirse con el comité de crisis por el coronavirus, encabezado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el rey Felipe VI ha comparecido antes los españoles en un discurso de apenas siete minutos en el que la intención clara era dar ánimos a la población y dar las gracias a las personas que están ayudando a los enfermos, especialmente a los sanitarios.
El discurso, enviado en la situación más delicada que ha vivido el país desde que él es rey, ha recurrido a frases emotivas y ya muy escuchadas a estas alturas de la crisis: "Este virus no nos vencerá, de hecho, nos hará más fuerte como sociedad" o "Envío todo mi cariño junto a la Reina y nuestras hijas con la gente que desgraciadamente ha sufrido la pérdida de sus seres queridos".
Felipe VI no ha hablado de medidas concretas, ni del resultado de su reunión con el Gobierno, pero se ha mostrado esperanzado en que todo se arreglará: "Nos recuperaremos, también la economía y el pulso", ha declarado usando el tiempo futuro, de pie, hablando a la cámara y mirando, de vez en cuando, sus papeles. El discurso ha durado algo más que los seis minutos que dedicó a hablar en su comparecencia tras la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 en Cataluña.
En aquella ocasión, la más grave hasta ese momento de su reinado, lo hizo sentado, con el plano de la cámara cerrada hasta el punto de que solo se le veíaa él, un portátil, los folios y las banderas de España y la Unión Europea. El tono era otro, como requería la situación, y abundó el ceño fruncido mientras que hoy la gesticulación del rostro ha sido más relajada. También la realización de la conexión ha sido distinta y si al principio se veía una fuente, una puerta, las banderas… poco a poco la cámara ha ido cerrando el plano para acercarse la cara del rey con el objetivo de redundar en la emotividad del mensaje.
El manejo de las manos y los brazos, sin embargo, fue parecido en octubre de 2017 al de hoy: algo mecánico, bastante forzado, pero lo importante para el monarca y quienes le hayan ayudado a preparar el discurso, ha sido evidente, era comparecer y enviar frases esperanzadoras. Los más de 14.000 afectados que ya hay detectados obligaban a ser prudentes y Felipe VI solo ha tenido un momento de cierta contundencia: "Sé que vamos a estar a la altura", ha dicho con otra frase que ya se ha escuchado a Pedro Sánchez, los ministros y hasta Fernando Simón. Lo único que podía hacer el rey hoy era dar ánimos y lo ha intentado. También ha querido que quedara claro el agradecimiento a los sanitarios y por eso ha repetido: ""No os puede sorprender que desde las casas se oiga un aplauso sincero", ha dicho el monarca mientras en la calle, durante su discurso, se oían caceroladas.
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