Este lunes se cumplen 10 años de la muerte de Ángel Cristo y su hija, Sofía Cristo, se sentó anoche en el plató de ‘Sábado Deluxe’ para dar detalles de su relación, de cómo era él y hasta de cómo reaccionó ella el día que lo perdió. Porque la hija del domador y de Bárbara Rey, hace años que decidió poner las cartas sobre la mesa y confesar públicamente que había tenido que acudir a rehabilitación para afrontar sus problemas de adicciones a las drogas.
De hecho, desde hace tiempo ofrece charlas para explicar los peligros que entraña caer en sus garras y, durante el confinamiento, ha abierto un canal de YouTube (‘Pongámonos a ello’) para poder seguir concienciando a la sociedad de la obligación que tenemos de alejarnos de las drogas. Sin ir más lejos, hace un par de días charlaba en ese foro con Irene Rosales, mujer de Kiko Rivera y sufridora en primera persona de ese infierno que pasó el ‘DJ’ cuando cayó en el pozo de la adicción.
Volviendo a la entrevista de anoche, Sofía se mostró más receptiva que nunca a desentrañar los rincones de su relación con su padre. Reconocía que le había costado mucho superar la pérdida de su padre, pero que, ahora «siento que finalmente descansa en paz«. Sobre todo, porque se encuentra en un momento tranquilo y porque le realizó una misa a Ángel para poder quitarse ese peso: «Se la hice yo sola porque estaba atrapado y no había descansado. He sentido su presencia de una forma muy absorbente y que me pesaba muchísimo».
La colaboradora de televisión y ‘DJ’ no dudaba en hablar abiertamente de los problemas de su padre con las drogas, que le acompañaron hasta el fin de sus días: «Él no lo consiguió: es muy difícil dejar de consumir y la gente de tu alrededor tiene que entender que es una enfermedad. Es complicado. Ahora entiendo muchas cosas, pero no voy a justificar muchas cosas que hacía«.
Estoy haciendo lo que mi padre no pudo hacer: estar recuperada y ayudar a la gente»
Quizás, por él, por su memoria, su esfuerzo ha sido mayor a la hora de salir de ese pozo: «Estoy haciendo todo lo que mi padre no pudo hacer. Estar recuperada y ayudar a mucha gente con las droga». Y añadía sobre él: «Cambió de vida, pero continuó con el mismo entorno, el mismo centro de trabajo… Mi padre no dormía, lo hacía durante el día y nada más despertarse se bebía un vaso de whisky. Era alcohólico y cocainómano. Estaba muy enfermo».
En este desgarrador relato, puede que la máxima dureza de sus palabras, amén de reconocer que ella llegó a un punto muy similar de enfermedad, sea la del momento en la que se sinceraba ante Jorge Javier Vázquez sobre lo que hizo tras enterrar a su padre: «El día de su funeral le hice como un homenaje y me fui a Valdemingómez a por cinco gramos. Pensé que eso era lo normal y lo bonito».
Solo un adicto puede entender la relación tan fuerte entre el adicto y la droga»
Sofía, que sabe que ahora puede enmendar sus errores con esas charlas de concienciación, explica que «solo un adicto puede llegar a entender la relación tan fuerte entre el adicto y la droga». Por eso, ella comprende a su padre, y reflexiona que, quizás, todos los demonios que tenía por dentro por agentes externos, fueron los que impidieron a una de las figuras más importantes del circo de nuestro país dar a su familia el cariño que se merecía y que reclamaban.
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