A las 16:30 de la tarde (hora británica), el príncipe Carlos, acompañado de sus dos hijos, los príncipes Guillermo y Harry, abandonaban la residencia de Isabel II en Sandringham, en donde se habían reunido los royals para discutir sobre el futuro de la realeza británica, ahora que Meghan Markle y su marido han decidido alejarse de la institución.
Después de que ellos mismos comunicasen su decisión de vivir una vida en la que serán independientes económicamente, se ha especulado sobre el supuesto enfado de la reina de Inglaterra, pero no fue hasta unas horas después cuando se pronunció (por primera vez y de manera muy sucinta) sobre la noticia que había conmocionado a medio mundo. Isabel II aseguraba, en ese comunicado, que las conversaciones aun se encontraban en una etapa inicial.
Ahora, después de esta reunión familiar de urgencia, Isabel II ha publicado un nuevo comunicado que reza así:
“Hoy, mi familia ha tenido una conversación realmente constructiva sobre el futuro de mi nieto y su familia.
Mi familia y yo apoyamos completamente la decisión de Harry y Meghan de comenzar una nueva vida como una joven familia. Aunque hubiésemos preferido que siguiesen trabajando a tiempo completo como Miembros de la Familia Real, respetamos y entendemos su deseo de vivir una vida más independiente como familia, aunque seguirán siendo una parte fundamental de ella.
Harry y Meghan han dejado claro que no se beneficiarán del dinero público de ahora en adelante.
Se ha acordado que habrá un periodo de transición en el que los Sussex pasarán tiempo en Canadá y Gran Bretaña.
Estos son temas complicados para nuestra familia, y necesitamos trabajar más a fondo para solucionarlo, pero espero que se tomen decisiones definitivas en los próximos días”.
A pesar de que el comunicado trata de resultar conciliador, parece evidente que esta reunión en Sandringham tampoco ha aclarado demasiado la situación de los, hasta ahora, duques de Sussex, que también han sido ambiguos a la hora de anunciar sus renuncias.
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