Wallis Simpson fue, junto a su marido Eduardo VIII, el verso suelto de la monarquía británica durante el siglo XX. La socialité norteamericana, dos veces divorciada, se casó con Eduardo VIII en 1937 en Francia, un enlace al que no asistió ningún miembro de los Windsor y que supuso la abdicación de Eduardo VIII. El amor ganaba sobre los deberes reales y juntos formaron una pareja que decidió vivir su relación libremente por encima de las ataduras de los cargos oficiales.
Wallis Simpson se convirtió, sin pretenderlo, en una royal sin corona, siempre admirada por su particular estilo. Pero no solo le gustaba la moda, también las joyas. La duquesa de Windsor poseía una amplia colección de piezas, desde pendientes a broches de piedras preciosas o collares de perlas, en la que destacaba un collar de amatistas. Una pieza única que ahora puede admirarse en la exposición Cartier y las artes del Islam. En la fuente de la modernidad, que acoge el Musée des Arts Décoratifs de París.
La pieza en cuestión tiene una historia casi tan apasionante como la de su dueña. Este impresionante collar con forma de babero y cuajado de amatistas fue realizado por Cartier para la duquesa de Windsor en 1947. El collar, de inspiración india, está engastado con diamantes, turquesas, 27 amatistas de talla esmeralda, una amatista ovalada y una gran amatista en forma de corazón.
La pieza se convirtió en una de sus favoritas a finales de los años 40, y la lució en varias ocasiones. A su muerte, y tal y como era su deseo, sus joyas fueron subastadas y el dinero recaudado fue destinado a distintas investigaciones contra el Sida y el cáncer. Este collar de amatistas fue comprado por el abogado californiano especializado en divorcios Marvin Mitchelson, que pagó la nada desdeñable cifra de 490.000 euros. Después, Cartier adquirió la pieza que ahora se puede visitar en esta muestra del Musée des Arts Décoratifs.
La exposición pone el foco en las influencias de las artes islámicas en las creaciones de joyas y objetos preciosos de la casa Cartier, desde principios del siglo XX hasta la actualidad. Fue en la década de 1910 cuando Louis Cartier, apasionado por Oriente, comenzó a dar forma a una colección de arte excepcional. Su hermano Jacques Cartier, por su parte, realizó viajes a la India, de donde trajo materias primas, en particular piedras preciosas. La exposición muestra cómo el arte islámico se convirtió en una fuente de inspiración en la estética de la joyería Cartier y en ella se pueden ver piezas tan espectaculares como el collar favorito de Wallis Simpson. Una oportunidad única para todos aquellos que viajen a París antes del 20 de febrero.
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