Ayer por la tarde, después de más de cinco semanas de testimonios y alegatos, un jurado del distrito de Brooklyn determinó que R. Kelly es culpable de nueve delitos federales relacionados con el crimen organizado y el tráfico sexual. Mientras el presidente del jurado leía en alto las decisiones que habían tomado, la estrella del R&B, que ha sido una presencia constante en la cultura estadounidense, permaneció inmóvil, aparentemente inexpresivo tras la máscara de su rostro. Al concluir el juicio, Kelly salió de la sala flanqueado por guardias de seguridad.
Los fiscales federales investigaron un caso de crimen organizado contra Kelly que les permitió examinar en profundidad la carrera y las operaciones profesionales del cantante, llegando a afirmar que orquestó una organización criminal junto a sus empleados y séquito para facilitar sus abusos sexuales reiterados. Entre los testimonios de más de 40 testigos hubo numerosos relatos de abusos por parte de Kelly en el transcurso de cerca de tres décadas, así como algunos de ex empleados que recordaron sus experiencias mientras trabajaron para él.
El jurado alcanzó su veredicto tras nueve horas de deliberaciones. En la sala, que hasta entonces había estado cerrada para la prensa por orden de Ann Marie Donnelly, la jueza asignada al caso, se sentaron media docena de reporteros y un dibujante. En una sala aparte había unos 30 periodistas y 10 asistentes observando a través de una pantalla cómo se iban desarrollando los acontecimientos.
“El jurado finalmente ha alcanzado un veredicto”, leyó Donnelly en voz alta poco después de las 3 de la tarde. Kelly se ajustó las gafas mientras su abogado Thomas Farinella le susurraba algo al oído.
Debido al coronavirus y las limitaciones técnicas, la primera parte de las decisiones del jurado fue inaudible para los espectadores. Donnelly recibió una nota que al parecer dio lugar a que se encendiera uno de los micrófonos. El resto del veredicto se desarrolló con claridad: una sucesión rápida y uniforme de “culpable, señoría” por parte del presidente del jurado.
“Me queda claro que usted ha escuchado con atención”, dijo Donnelly al concluir el proceso judicial, y programó el veredicto de Kelly para el 4 de mayo de 2022. Podría enfrentarse a una cadena perpetua. Kelly continuó con la vista fija al frente y se puso en pie con las manos entrelazadas mientras el jurado abandonaba la sala. Consultó una vez más con sus abogados antes de salir de la sala, sin mostrar apenas reacción alguna, tal y como ha venido sucediendo durante todo el juicio.
Artículo original publicado por Tatler y traducido por Darío Gael Blanco. Acceda al original aquí.
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