Los duques de Sussex no son los primeros miembros de la realeza que han hablado públicamente sobre cuestiones interfamiliares. De hecho, los propios padres del príncipe Harry causaron un gran revuelo en los años noventa, cuando el príncipe Carlos admitió su adulterio en una entrevista con Jonathan Dimbleby, antes de que la difunta Diana, princesa de Gales, hablara de la ruptura de su matrimonio y de sus problemas de salud mental a Martin Bashir. Incluso la decisión de Harry y Meghan de apartarse de la vida real –y luego explicar públicamente su decisión– tiene precedentes, ya que el duque de Windsor y Wallis, duquesa de Windsor, hablaron de las circunstancias que rodearon la abdicación de Eduardo en una entrevista con la BBC en 1970.
Aunque el antiguo rey y su esposa dejaron un poco más de margen antes de conceder la entrevista, que se produjo unos 34 años después de la abdicación de Eduardo en 1946, la decisión seguía siendo polémica. Había provocado todo un escándalo cuando el entonces rey Eduardo VIII dio a conocer su deseo de casarse con una mujer de la alta sociedad estadounidense y –lo que es más significativo– divorciada, lo que entonces se consideraba incompatible con su papel de jefe titular de la Iglesia de Inglaterra. Así que el rey renunció a su trono por amor, eligiendo abdicar en favor de su hermano menor, el príncipe Alberto (padre de la reina), que se convirtió entonces en el rey Jorge VI.
Así, en 1936 Eduardo se convirtió en el duque de Windsor, antes de casarse con Wallis Simpson en una ceremonia privada en el Castillo de Candé, en Francia, en junio de 1937. Aunque Jorge VI concedió a su hermano mayor el trato de Alteza Real, negó el mismo a la nueva duquesa de Windsor y se dice que prohibió a otros miembros de la Familia Real asistir a la boda. También se cree que fue el nuevo rey quien impidió que su hermano regresara a Inglaterra, con lo que Eduardo y Wallis se instalaron en Francia. Sin embargo, Jorge VI concedió a Eduardo una asignación libre de impuestos, lo que les permitió a él y a su esposa vivir con relativo lujo (también se cree que ganó algo de dinero con el comercio ilegal de divisas).
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Aunque las tensiones no se hayan producido a la escala pública que permite el ciclo de noticias global y los comentarios en las redes sociales hoy en día, tampoco la realeza de la época estuvo por encima de un pequeño drama interfamiliar. De hecho, al igual que Meghan y Harry, Eduardo y Wallis acabaron ofreciendo su versión de la historia en una entrevista real sin precedentes. El MailOnline cuenta que en enero de 1970, la pareja accedió a una conversación sincera con el entrevistador de la BBC Kenneth Harris. Por aquel entonces, la pareja tenía una glamurosa casa en París y un retiro en la campiña francesa, además de pasar los meses de abril, mayo y junio de cada año en Estados Unidos y parte del verano en España y Portugal.
La aparición en televisión tuvo12 millones de espectadores en todo el Reino Unido, igualando la audiencia británica de la emisión de la entrevista de Harry y Meghan en la emisión británica del lunes. Sin embargo, mientras que Harry y Meghan parecían estar muy a gusto con su amiga Winfrey, Eduardo y Wallis parecían algo incómodos y torpes mientras mantenían la conversación con Harris. Se cree que el duque trató de retirarse la noche anterior a la grabación de la entrevista, pero no hubo vuelta atrás, ya que Harris, al igual que Oprah con Meghan, había pasado algunos años convenciéndole para que hiciera la aparición en televisión. La dinámica también se invirtió en cierto modo con respecto a la entrevista de Sussex, ya que fue Eduardo quien habló a solas con Harris, antes de que se le uniera su esposa, a diferencia de Meghan y Winfrey, que comenzaron la conversación a solas.
Unos 50 años antes de que Harry hablara de su deseo de "abandonar el sistema", Edward dijo que no se sentía parte de ‘The Firm’, "la institución", debido a su naturaleza "independiente". Harris le pidió a Edward que explicara lo que quería decir con "la institución", a lo que el ex rey respondió: "La institución era una palabra nueva para mí hasta hace unos 15 años, cuando la oí y pedí que se me explicara. No es una palabra fácil de explicar. Es una palabra bastante oscura. Pero debe haber existido siempre. Creo que significa autoridad, autoridad de la ley, de la iglesia, del monarca hasta cierto punto". Contó que había leído una descripción del príncipe Felipe como "no es realmente un miembro de la institución", a la que se le añadió que tampoco lo era Eduardo. Reflexionó: "Creo que eso es muy cierto", afirmando que su padre, el rey Jorge V, "ciertamente lo era", al igual que su hermano menor, Jorge VI.
El duque afirmó que había "chocado" con "la institución", pero añadió la advertencia: "no muy violentamente". Al preguntarle Harris si se habría producido una "colisión" con el gobierno y su familia incluso si hubiera "permanecido soltero", el duque de Windsor declaró: "sí, definitivamente". Y continuó: “pero no en el mal sentido… Creo que tal vez, no sé, tal vez estoy siendo engreído, pero creo que podría haber ayudado a la institución también. Creo que podría haber revivido su pensamiento. Creo que tiene un aspecto conservador. Creo que se revitaliza a sí misma. Pero creo que probablemente necesita un poco de liderazgo por parte del monarca".
Sobre los primeros indicios de que podría tener algún "conflicto" con el gobierno, Eduardo recordó que antes de ser rey, el entonces primer ministro Stanley Baldwin cuestionó un viaje que hizo a Northumberland. Eduardo recordó: "Me dijo: "¿Por qué vas allí? Hay muchas otras cosas importantes que hacer." Le dije: "No, señor Baldwin, creo que es muy importante ver cómo… no podemos dar empleo a esta gente. Algunos de ellos llevan 10 años sin trabajo". El Sr. Baldwin se dio cuenta de repente de que, en realidad, él y su gobierno habían hecho muy poco para aliviar la difícil situación de los desempleados, de los que había miles en ese momento".
El duque añadió: “Cuando me fui… pensé para mí que estaba empezando a arrastrarme demasiado a la política. Y como todos sabemos, la política es lo único que la Familia Real tiene que evitar, por mucho que le guste expresar sus opiniones”. Harris también recordó una ocasión en la que Eduardo se negó a viajar en un Rolls-Royce para visitar una zona pobre, a lo que el duque respondió: ‘No me pareció un vehículo adecuado para eso… Fui en un coche normal, era más adecuado’.
Sobre su relación con el primer ministro liberal Lloyd George, sin embargo, Eduardo recordó: “Me llevaba bien con él. Era un hombre muy pintoresco y maravilloso. Me enseñó unas pocas palabras en galés que tuve que decir en el momento de mi investidura en Carnarvon en 1911.” La ceremonia de investidura en el castillo de Carnarvon, en la que Eduardo se convirtió en príncipe de Gales, se repitió de forma similar casi seis décadas después con su sobrino nieto, el príncipe Carlos, tal y como se dramatiza en la tercera temporada de The Crown. Cuando se le preguntó por otros políticos, Eduardo también calificó de "gran amigo" al primer ministro de la época de la guerra, sir Winston Churchill, que le ayudó con sus discursos.
Tras su abdicación, Eduardo fue nombrado gobernador de las Bahamas de 1940 a 1945. Sin embargo, sobre si le hubiera gustado asumir otro papel oficial, el duque señaló que "ofreció sus servicios", pero nunca se le dio un nuevo puesto. Harris le preguntó por qué creía que eso ocurrió así, a lo que el duque respondió: "Tendrías que preguntar… La mayoría de la gente que me lo impidió, me temo, está bajo tierra. No lo sé, es difícil de decir’.
Sin embargo -quizás para decepción de los espectadores- Eduardo se mantuvo callado sobre los detalles de los acontecimientos de su abdicación y su impacto en las relaciones con los miembros de la Familia Real. Sin embargo, se cree que la relación con su madre se resintió especialmente. Wallis recordó más tarde en su autobiografía que la reina María de Teck nunca respondió a una carta que le escribió, en la que lamentaba haber sido "la causa de cualquier separación que exista entre madre e hijo". También describió haber recibido cartas de odio de algunos miembros del público -quizás el equivalente de los años 30 al trolling online experimentado por Meghan- relatando: "Haypocos improperios sobre mi sexo que faltaran en mi bandeja".
Sin embargo, cuando Harris le preguntó si se arrepentía de lo sucedido, Wallis respondió diplomáticamente: "Oh, sobre ciertas cosas, sí. Desearía que hubiera sido diferente, pero soy muy feliz… Naturalmente, ha habido momentos difíciles, pero ¿quién no los ha tenido? Hay que aprender a vivir con ello". Y cuando Harris le preguntó cómo mantenía su aspecto juvenil, continuó: “Creo que la felicidad es un gran secreto de cómo te ves y te sientes. Hemos sido muy felices", tras lo cual Edward se acercó para estrechar su mano. Wallis también habló con generosidad de la época de su marido como rey, comentando: "Creo que tenía mucho ánimo y se adelantó a su tiempo. Creo que quería establecer las cosas… sin estar realmente preparado para ello". Sobre si había intentado ser un rey reformista, Eduardo añadió: "Tenía muchas concepciones políticas, pero me las guardé para mí, esa es la tradición de la Familia Real".
En la entrevista no se abordó el hecho de que Eduardo y Wallis viajaron a Alemania para reunirse con Adolf Hitler en 1937, donde el ex rey fue fotografiado haciendo el saludo nazi. El duque fue llevado a visitar instalaciones industriales e incluso visitó un campo de concentración, donde se le explicó que las torres de vigilancia estaban destinadas a almacenar carne. Se cree que en 1942 el duque dijo que Hitler era el "líder correcto y lógico del pueblo alemán".
Tras la Segunda Guerra Mundial, Eduardo y Wallis volvieron a su casa en Francia y a su estilo de vida transatlántico entre París y Nueva York. Eran conocidos por organizar fiestas y disfrutar de una activa vida social hasta que la salud del duque comenzó a deteriorarse en la década de 1960, antes de que se le diagnosticara un cáncer de garganta en 1971. Eduardo era un fumador habitual, y Wallis le dijo a Harris en la entrevista que lo consideraba un "hábito sucio" que "desaprobaba".
En mayo de 1972, sólo 10 días antes de su muerte, la reina y el príncipe Felipe visitaron a Eduardo en Francia. Tal y como se relata en The Crown, la monarca habló a solas con su tío antes de aparecer junto a Wallis en una fotografía. El duque murió el 28 de mayo en su casa de París, poco antes de cumplir 78 años. Su cuerpo fue trasladado a Gran Bretaña y reposó en la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, antes de su funeral el 5 de junio. Al funeral asistieron la reina y otros miembros de la Familia Real, así como Wallis, que fue invitada a alojarse en el Palacio de Buckingham durante su visita. La duquesa murió en 1986 y fue enterrada junto a su marido.
Artículo publicado en Tatler y traducido por Estrella Ariza. Acceda al original aquí.
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