El grupo de amigos que Quentin Tarantino llevó a la alfrombra roja de los Globos de Oro 2020, todos del elenco de su última película Once upon a time in Hollywood, no podía ser mejor talismán ni para la pasada noche, ni para la antesala de los Premios Oscar, pues ir acompañado por Brad Pitt, Leonardo DiCaprio, Julia Butters y los 10 añazos mejor llevados, y la elegantísima Margaret Qualley es algo bastante único y por qué no decirlo, muy muy guay.
Natural hasta decir basta, y quizás por ello llamativa, la actriz que encarna a una de las chicas Manson en el filme que hace apenas unas horas se llevó el premio a la Mejor cinta de comedia o musical es una de nuestras favoritas de esta última edición, pues sus acertadísimas decisiones, empezando por su make up no make up, continuando por su elegantísimo vestido negro palabra de honor coronado por una camelia blanca firma de Chanel y terminando en su sencillo semirrecogido boho, nos han eclipsado.
Margaret Qualley, en la gala de los Globos de Oro 2020.© Getty Images
Parece que las chicas con el pelo ondulado, ni liso como una tabla ni con un rizo marcado como el de Julia Roberts, estén condenadas a pasar horas en la peluquería cada vez que tiene una fiesta y en las planchas, el secador de pelo y las tenacillas ardiendo suele estar la única solución posible. Hasta hoy. La clave nos la dió Margaret Qualley la pasada madrugada, y está ni más ni menos en su sencillo pero resultón semirrecogido con coleta al que tantas veces hemos acudido en nuestro día a día, pero que siempre olvidamos cuando se trata de una boda, una comida familiar importante o una cena.
La actriz, en nuestro top 5 de las mejor vestidas de los Globos de Oro 2020 por su Chanel pulcro y perfecto de la colección Pre Fall 2020, encabeza también el ranking de las mejor peinadas, en las antípodas del peinado trabajadísimo y maximalista de Jennifer Lopez, y más cerca de las ondas surferas de Margot Robbie que siempre nos chiflan.
Margaret Qualley, radiante en los Globos de Oro.© Getty Images
Con la raya de lado, peinado hacia atrás y con la parte superior ligeramente estirada deshaciendo sus ondas naturales, estas quedaban al descubierto en la parte baja de su larga melena, justo la que llevaba suelta y apenas peinada dándole ese toque grunge y natural que contrastaba con la elegancia de su vestido largo negro y drapeado y que a la vez, quedaba genial.
Complicarse o no, esa es la cuestión, y la respuesta es siempre no.
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