Esta Semana Santa que nos ha dejado, por segundo año consecutivo, sin escapadas ha estado protagonizada en muchos hogares españoles por las torrijas. Sin embargo, en casa de Rocío Gil Oset, la nieta de Jesús Gil –personaje sin el que no puede entenderse la Marbella de los 90plagada de famosos y jet set- ha aprovechado las vacaciones para algo bien distinto.
La joven, que hasta hace poco nos resultaba prácticamente desconocida, ha celebrado en familia su pedida de mano con Philip Pérez-Cirera Roy, compañero de Gilmar (la empresa de su padre dedicada a la promoción de viviendas de lujo de la que es directora de relaciones institucionales) y su pareja desde hace un par de años.
Una publicación compartida de Rocío Gil Oset (@rociogiloset)
Se comprometieron el pasado verano en Venecia y la joven lo compartió en su cuenta de Instagram con una fotografía bajo el puente Rialto a la que acompañaba el siguiente texto: “¡Claro que sí! Sí a disfrutar de la vida y todas sus aventuras juntos. Sí a mi mejor amigo, al mejor compañero del mundo, al hombre con el corazón más grande. Te adoro”.
Sin embargo, además de los planes de boda de los que diferentes medios de comunicación se han hecho eco, una de las cuestiones que más ha llamado la atención sobre la joven es su extenso currículum. A sus 29 años, Rocío tiene un grado en Publicidad, un máster MBA en Protocolo y Organización de Eventos, un Programa Executive en Dirección de Empresas Inmobiliarias, varios cursos de locución y doblaje y forma parte de la Fundación Hispanojudía, lo que le permitió conocer al Papa en 2019, y ha estudiado Teología.
Y por si todo eso no fuera suficiente, en su cuenta de Instagram, donde deja buena cuenta de su pasión por los animales, los viajes y la naturaleza, también encontramos sus pinitos en el mundo de la moda, donde ha desfilado para Tot Hom.
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