Arruinado y viviendo en una furgoneta: así está Ángel Muñoz, ganador de ‘GH 11’

Hace diez años salió de la casa de Guadalix de la Sierra como ganador de ‘Gran Hermano 11’. Ángel Muñoz pertenece al nutrido grupo de concursantes del ‘reality’ que, tras un brevísimo paso por la televisión, se esfuman. Desaparecen a los ojos de los espectadores. Pero eso no es todo, porque su vida a dado un giro radical 10 años después de llevarse el maletín como vencedor del programa de Telecinco.

Sí, fue en 2010 cuando se llevó esos 350.000 euros con su victoria. Parte de ese premio lo donó a una ONG. En concreto, ofreció 50.000 de esos euros a Global Humanitaria para ayudar en las tareas de reconstrucción de Haití, azotado por un terremoto mientras él estaba dentro de la casa más famosa de la televisión.

La vida ha cambiado mucho para él. Muchísimo. Hoy, es él quien necesita aquella ayuda que prestó, sin pensárselo, nada más tocar esa cantidad ingente de billetes. A Ángel la pandemia le ha castigado con dureza. Sin trabajo y sin ahorros, a pesar de haber hecho algunas inversiones provechosas con aquel premio, se encuentra viviendo en unas condiciones muy tristes.

Muñoz se ha visto en la obligación de tener que alquilar su casa para tener dinero con el que comer y hace todo su día a día dentro de una furgoneta que, ahora, hace las veces de hogar. Ahora, se dedica a moverse por el mundo en este inmueble improvisado de cuatro ruedas. Y ha sido él mismo quien ha hablado de esta situación que atraviesa, a través de una carta que ha publicado en su blog Kiko Hernández.

«Os escribo esta carta con la intención de ser totalmente sincero y que conozcáis mi situación actual. Como sabéis el Covid obligó a nuestros gimnasios a cerrar y con ellos algunos perdimos nuestro trabajo, el de toda la vida, en mi caso mucho más que mi sustento, mi alimento vital», comienzan esas líneas en las que relata cómo ha tenido que reformular su día a día.

«Con esta decisión que he tomado, he decidido ser feliz y vivir con lo poco que tenga, pero vivir, cerca del mar y surfeando, hasta que el cuerpo aguante, hasta que todo mejore, hasta que todo cambie, no tengo intención de volver a Madrid a vivir nunca«, dice con rotundidad en esa carta abierta que demuestra que, en la inmensa mayoría de los casos, el éxito de la televisión es efímero.

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