Mientras esperamos la decisión final con el número de años de cárcel que se piden a Harvey Weinstein, acaba de salir a la luz un correo con una frase muy escueta del productor, pero que podría emborronar aún más su imagen. Una en la que, simplemente, expresa su deseo de que alguien termine con la vida de Jennifer Aniston.
Empecemos recordando que la propia Aniston llegó a manifestar que había sufrido un abuso de poder a manos de Weinstein, que la semana pasada conoció que era declarado culpable de violación y de delito sexual. Unas declaraciones que, más tarde, eran acompañadas por una amenaza de la revista ‘Enquired’ de publicar una historia de acoso sexual a la actriz.
Todo se remonta a los compases iniciales de todas las acusaciones hacia Harvey. El 31 de octubre de 2017, la representante del productor, Sallie Hofmeister, informo a este de que la mencionada publicación tenía información sobre una historia en la que también se le señalaría como acosador de una de las grandes estrellas de Hollywood de las últimas décadas. Su respuesta, vía correo electrónico, fue lapidaria. Contundente: «Alguien debería matar a Jennifer Aniston«.
Un contenido que acaba de salir a la luz y que sería la respuesta a una amenaza de sacar a la palestra los pormenores de un encuentro entre Aniston y Weistein en el que no paraba de mirarle el escote. Y un correo que está entre la documentación que se entregó a la Corte Suprema de Manhattan, donde se está juzgado desde el 6 de enero al predador.
Lo curioso es que quien ha salido en su defensa ha sido el representante de la propia Jennifer, Stephen Huvane, quien asegura que su cliente y el acusado jamás estuvieron a una distancia como para que, ni siquiera, la hubiera rozado. «Jennifer nunca ha sido acosada ni atacada por Harvey Weinstein«, han sido las palabras con las que echa por tierra era versión de ‘Enquirer’.
Dentro de toda esa documentación, también hay mensajes en los que pide ayuda al alcalde de Nueva York, Mike Bloomberg, o al fundador de Amazon, Jeffe Bezos, entre otras personalidades. Unos lamentos en los que insta a que se le deje empezar de nuevo, que no se le condene y se le permita iniciar una terapia para reinsertarse en la sociedad. Unas súplicas que ampara tras la condena de que algunas de las acusaciones son falsas.
Las mismas que no le sirvieron para mucho, ya que, tras previo paso por el hospital para ser intervenido de una pequeña complicación cardiaca, Weinstein se encuentra en prisión, de donde no parece que vaya a salir en mucho tiempo.
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