Adrien Brody, el actor que ganó un Oscar y desapareció

Se conocían desde hace tiempo, pero fue la modelo Helena Christensen quien les volvió a juntar en abril. Una cosa llevó a la otra y, según ha contado un amigo de la pareja a ‘The Sun’: «Adrien está enamorado y Georgina está más feliz de lo que ha sido en años».

Ella es la diseñadora Georgina Chapman, un nombre que seguramente no les diga nada, pero sí si añadimos el de su expareja y padre de sus dos hijos: Harvey Weinstein, el productor que un día lo fue todo en Hollywood y ahora está a la espera de juicio por las múltiples acusaciones de violación, acoso y abusos sexuales.

Brody y Weinstein, por supuesto, fueron amigos. O, al menos, hay fotos que demuestran cierta relación, como la tenía el antiguo ‘rey Midas del cine’ con cualquier actor que hubiera triunfado.

Pero no es la primera vez que el ‘MeToo’ se cruza en su vida. Ha trabajado con dos de las bestias negras del movimiento: Woody Allen y Roman Polansky, y a ambos ha tratado de quitarles hierro. «Ni siquiera leo esa clase de cosas. Creo que hay muchas catástrofes en el mundo, mucha crueldad e indiferencia. Por supuesto, es horrible lo que descubres a veces y hay personas que han hecho cosas inexcusables, pero no es algo en lo que centrar el foco», declaró en 2016.

Precisamente, su trabajo a las órdenes de Polansky fue lo que le llevó a ganar el Oscar en 2003 por ‘El pianista’. El director también se llevó el premio, pero no pudo recogerlo por los cargos que pesan contra él por abuso sexual de una menor hace más de 40 años.

Un polémico beso

Esa noche, Brody llegó a lo más alto y, al mismo tiempo, empezó a despeñarse. Su alegría fue tal, que no dudó en pillar por banda a Halle Berry, encargada de entregarle la estatuilla, y plantarle un apasionado beso en la boca. Entonces, la escena fue aplaudida. Hoy resultaría impensable. ¿Acaso la actriz también formaba parte del premio?, se preguntarían muchos. Ella se quejó años después y contó lo que en esos momentos se le pasó por la cabeza: «¿Pero qué coño está pasando?».

Sea como sea, la carrera de Brody se vino abajo. Aunque aquí no nos dimos cuenta porque en 2006 empezó con Elsa Pataky. Y hasta le regaló un castillo. ‘¡Hola!’ en 2008 le dedicó un reportaje de 35 páginas. Un año después, la pareja lo dejó y no se supo nada más de su espectacular morada, aunque las malas lenguas dijeron que solo la habían alquilado.

Como no volvimos a saber de la película que rodó en España sobre el torero Manolete. Penélope Cruz coprotagonizaba esta gran producción que acabó estrenándose de tapadillo, con años de retraso, y que naufragó entre deudas y críticas espantosas.

Otro de sus grandes fiascos fue Giallo, rodada en Italia. Dejaron de pagarle más de medio millón de euros y Brody acabó demandando a la productora y bloqueando su distribución.

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