¿Cuántas veces de pequeña te viste metida en una situación en la que te ha tocado darle las gracias a un adulto sin saber muy bien por qué? "Gracias" es una de las palabras mágicas en el vocabulario infantil. Junto con "por favor", era capaz de hacer que los adultos nos hiciesen más caso. Siempre se ha considerado un gesto de buena educación y de consideración hacia otra persona, pero ¿y si ese gesto tuviese repercusión en nosotras mismas?
© Carola de Armas
Como nos explican desde el gabinete psicoterapéutico Grupo Laberinto, existen dos tipos de gratitud: la condicional y la incondicional. “La primera consiste en sentirse bien cuando a uno le salen las cosas como espera, la incondicional es un modo de vida que, según los expertos, conduce al éxito personal y a la felicidad.” Dentro de este modo de vida, seguramente has visto muchos post en Instagram de gente que da las gracias por haber podido quedar un amigo, por una tarde maravillosa con su pareja, por un día de risas en el trabajo… Son pequeños momentos que hacen nuestro día a día más bonito y ser capaces de identificaros nos ayudan a centrarnos en las cosas buenas de la vida. Y todo esto se deriva en una serie de beneficios que nos explican desde Grupo Laberinto.
1. Aumenta la felicidad y el bienestar
“Una persona agradecida se enfoca únicamente en lo que tiene, y no en lo que le hace falta o en lo que añora. El hecho de valorar lo que cada quien posee, sin compararse con los demás, hace a uno más feliz.”
© Carola de Armas
2. Desarrolla una actitud positiva ante la vida
“Cuando uno es agradecido tiende a ver el lado bueno de las cosas, lo que se traduce en más felicidad en su día a día.”
3. Ayuda a hacer felices a otras personas
“Por ejemplo, cuando a uno lo valoran en su trabajo o le agradecen su ayuda en algún tema importante, se siente mucho más feliz. Una persona agradecida no sólo es más feliz consigo misma, sino que beneficia también la vida de los demás.”
4. Fortalece las relaciones
“Este punto tiene mucho que ver con el anterior, si eres agradecido con los demás, ellos se sentirán más unidos a ti y las relaciones interpersonales se harán mucho más sanas y sólidas.”
© Carola de Armas
5. Ayuda a valorar las cosas y hace a uno más consciente de lo que hay a su alrededor
“Ser alguien agradecido abre ante quien lo es un mundo que la mayoría de las personas desconoce.”
6. Elimina el miedo, la frustración y la violencia
“Vivir dando las gracias cada día, evita que uno piense en el miedo y también lo hará repudiar las disputas y la violencia. Además, ser agradecido en la vida es la única manera de no frustrarse cuando ésta se pone difícil y presenta contrariedades.”
Tiene buena pinta y no cuesta nada hacerlo, ¿verdad? Practicar la gratitud ya es uno de nuestros propósitos para el año que viene. ¿Lo vas a poner en tu lista?
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