A la hora de cuidar nuestra piel, puede ser más fácil equivocarse que acertar. No pasa nada, porque no eres la única. Y, como todo en la vida, de los errores se aprende y siempre podemos ponerle remedio. Pero para que nuestras rutinas sean cada vez más perfectas y nuestra piel luzca impecable, es importante tener en cuenta todos esos pasos en los que, alguna vez, todas nos hemos equivocado.
Entre los principales errores está pensar que cualquier producto puede venirle bien a nuestra piel, incluso aquellos que incluyen ingredientes activos como el retinol o los exfoliantes químicos. Este tipo de productos pueden ayudarnos a mejorar nuestra piel, pero si lo hacemos sin control, o sin saber realmente lo que estamos utilizando, podemos acabar causando problemas a nuestra piel.
Según los especialistas, cuando los activos del producto son demasiado fuertes, pueden quemar y secar químicamente la piel, alterando los melanocitos y alterando la barrera cutánea. Algo que deja la piel irritada, con manchas y desequilibrada, exponiéndola a riesgos incluso con los productos más suaves.
También es habitual pensar que cuando más exfoliemos, para tener una piel más lisa y joven, mejor lucirá. Y no es así, porque demasiada exfoliación puede perjudicar nuestra barrera humectante, lo que de lugar a descamación, deshidratación e inflamación. Así como una posible destrucción de células sanas y una estimulación de la actividad de la melanina que causa un aumento de la hiperpigmentación.
A pesar de que vivimos en un país en el que el sol es la envidia del continente, tenemos poca costumbre de utilizar un protector solar. Y es un error que puede tener graves consecuencias en nuestra piel y en nuestra salud. En esta época del año, más que nunca, hay que ser generoso con este producto que además de protegernos de los rayos UV nos ayudará a retrasar la aparición de las arrugas mientras cuida nuestra piel. Unos beneficios que son extensibles a cualquier momento del año, y por ello debemos tenerlo presente todos los días.
Otro de los productos que falta a menudo en nuestras rutinas son los tóners. Y son esenciales para evitar que nuestra piel se deshidrate después de la limpieza antes de aplicar la crema hidratante, porque la piel húmeda es más permeable que la piel seca, y el tóner puede ayudarnos a transportar los ingredientes activos más profundamente en nuestra piel.
Y, aunque es menos común, también hay mujeres a las que les gusta prescindir de la base de maquillaje porque creen que al no usarlo ayudan a dejar que la piel respire. Algo que, según los especialistas, es un mito de la cosmética, ya que la mayoría de las bases líquidas o en polvo contienen ingredientes como el dióxido de titanio que actúan como un protector solar natural.
Por último, son pocas las que, cuando se aplican sus cremas de cabecera, tienen en cuenta que el cuello también forma parte de nuestro cuerpo, y por ello también requiere cuidados. Lo cual significa que no vale con aplicarse la crema que sobra después de que la extendamos por nuestro rostro, sino que requiere su propia cantidad y su propia aplicación. Algo que es especialmente importante con el que muchos consideran el mejor producto antienvejecimiento del mundo, el protector solar.
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