Sabemos cómo está luchando contra la calvicie Kourtney Kardashian

Los efectos secundarios de las extensiones sumadas a una cola de caballo híper tirante han hecho correr ríos de tinta, sobre todo después de que Ariana Grande confesara los intensos dolores de cabeza que le provoca su icónico peinado. Lo que no sabíamos es que esta costumbre de estirar las facciones a fuerza de apretar las gomas del pelo podía llegar a producir calvas. Ese es el drama que se destapa en el último capítulo de la temporada 17 de «Keeping Up with The Kardashians»; el reality de la familia más famosa del planeta. Posicionada en el sofá, Kim Kardashian está observando a su hermana Kourtney, sentada en el suelo, cuando detecta algo raro en su coronilla. Le falta pelo.

Imposible describir la cara de horror de Kim: se quedó aterrorizada ante la desaparición del cabello de su hermana. Recordemos que una de las cláusulas de su declaración de últimas voluntades es que su pelo ha de estar perfecto en el día de su entierro, prueba de la importancia que le confiere a su melena. De hecho, le recomendó a Kourtney que acudiera inmediatamente al hospital. Por suerte, esta manifestó mucha más tranquilidad que su hermana. «No la he visto pero la siento», explicó refiriéndose a su calva. «Es como un agujero en el medio de mi cabeza. Juro que me lo hizo la cola de caballo tan tirante que he llevado últimamente. Me salio un bulto y todo».

Lo cierto es que Kourtney Kardashian no acudió rápidamente al hospital como quería Kim, pero sí pidió cita en una consulta especializada, donde un doctor le inyectó un preparado para tratar el cuero cabelludo y estimular el crecimiento del cabello. «Me están poniendo PRP (plasma rico en plaquetas) tomado de mi propia sangre», aclaró. Además, explicó que el nuevo pelo tardaría un tiempo en volver a crecer y que el tratamiento iba a durar tres meses (una inyección por mes). Parece que el PRP es bastante efectivo para ciertos casos de alopecia, pero no se puede decir que salga barato recuperar el crecimiento del cabello. A Kourtney Kardashian le ha costado alrededor de 1.200 dólares (en España puede salir por unos 800 euros). ¿Casi mejor que nos olvidamos de las colas de caballo tirantes, no?

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