Marcas de acné: ¿es la subcusión una solución definitiva?

La batalla contra el acné, que incluye todo tipo de remedios como esta almohada, no termina cuando desaparecen los granitos. Y es que tras ellos llegan las cicatrices, esas marcas que se traducen en pequeños huequecitos que ocupan el lugar en el que antes estaban los granos. Esto da lugar a una textura irregular en la piel del rostro que es muy difícil disimular con maquillaje.

Pero ahora existe una técnica que promete eliminar esa textura irregular. Se llama subcisión y es un procedimiento sin incisión y con una estancia ambulatoria en el centro clínico, ¿no suena a maravilla? Todo parecen ser buenas noticias pero para conocer los pormenores de la intervención hay que ahondar un poco más en el tema.

El proceso consiste en introducir un instrumento, que puede ser una aguja o una cánula bajo la cicatriz y se gira, de esta forma se rompe el tejido catricial y se liberan las conexiones entre este y la piel subyacente. De esta manera, tras la técnica se puede observar una piel más lisa y homogénea.

Y aquí no acaban todos sus beneficios, pues esta intervención puede desencadenar un nuevo proceso de cicatrización de las heridas que puede desencadenar la generación de colágeno de nuevo. Y ya sabemos lo que eso significa: piel más tersa y menos líneas de expresión.

Esta son las ventajas, pero como todo proceso médico, se trata de cirugía, no de magia. Los especialistas afirman que para notar resultados visibles es necesario repetir la operación periódicamente, aunque la buena noticia es que el precio de la misma no es demasiado elevado, ya que se puede situar entre los 80 y 400 euros, dependiendo de la clínica, del profesional que realice el tratamiento, de la experiencia del mismo y de la ubicación geográfica del centro.

Este es un procedimiento al que los pacientes suelen recurrir cuando ya han probado otras técnicas como el relleno dérmico con ácido hialurónico que también se emplea para el mismo fin. Los beneficios de la subcisión están relacionados con la disminución de la apariencia de esas cicatrices profundas. Por otro lado, la disminución del tejido cicatricial puede evitar que se generen nuevas cicatrices fruto del acné que está activo en el momento del proceso.

La forma de llevar a cabo esta técnica la hace especialmente indicada para las personas que están preocupadas por una cicatriz en concreto. Ya que permite atacar individualmente cada una de las pequeñas depresiones que presenta la piel del rostro sin afectar al resto de la dermis. Sin embargo esto ni inhabilita la técnica para un caso clínico en el que el problema sea más generalizado.

Es importante que en la consulta previa a la intervención preguntes todas las dudas al dermatólogo. Además debes comunicarle si están tomando alguna medicación oral para tratar el acné, así como algún anticoagulante como aspirina, alcohol, ginkgo o vitamina E antes del procedimiento.

Tras la intervención, que suele durar unos 45 minutos, aproximadamente, se aplican compresas frías para minimizar la hinchazón. La recuperación puede prolongarse hasta dos semanas.




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