Los maquillajes con efecto mate, tal y como se han visto en los últimos años tienen los días contados. En las recientes alfombras rojas, un medidor infalible de tendencias, las actrices han preferido apostar por pieles jugosas con aspecto fresco y saludable, como ya vimos, por ejemplo, en los premios Goya. Esta va a ser la tendencia general de la primavera y quien sabe si se alargará más allá de la estación.
Para conseguir esa piel que parece que emana agua e hidratación, es clave dominar la aplicación de productos en crema. Mientras que cuando se trata de los fondos de maquillaje estamos más acostumbradas, el proceso se complica cuando se trata de un producto que queremos colocar sobre una zona concreta del rostro, como el colorete. Los rubores en crema tienen un gran poder rejuvenecedor inmediato en el rostro y aportan un aspecto de mejilla sana. Pero hay que conocer el producto, sus particularidades y aprender la técnica de aplicación más adecuada.
El mayor problema que se suele derivar de la aplicación de este producto en crema es controlar la zona donde lo aplicamos. Estamos acostumbrados a los coloretes en polvo, cuyo poder de pigmentación es mucho menor y a menudo, la primera vez que usamos uno en este formato lo extendemos mucho más allá de donde teníamos planeado. Sabiendo esto, toma una cantidad muy pequeña sobre tu mano -y cuando decimos muy pequeña nos referimos a que con lo equivalente a medio grano de arroz en la mayoría de los casos es suficiente-. Con los dedos, pon un poco de ese pequeño puntito sobre la mejilla y difumina. Ve muy poco a poco y así controlarás mejor la cantidad que pones y la zona de aplicación.
Otro aspecto con el que no contamos cuando usamos este tipo de producto es su gran poder de fijación. Esto es una gran ventaja, puesto que una vez colocado, no tendrás que retocar tu rubor a lo largo del día, pero requiere mayor agilidad en la aplicación, ya que se suelen secar con rapidez y una vez que se asientan, ¡no hay quien los mueva! Para evitar una concentración excesiva el proceso es el siguiente: aplicar y difuminar. Es decir, no cometas el error de aplicar en ambas mejillas y después difuminar en ambas. Aplica en una, difumina y aplica en la otra. Si quieres, puedes seguir repitiendo el proceso hasta que la intensidad quede a tu gusto.
Para comprobar el color que el producto va a dejar sobre tus mequillas, puedes probarlo en la zona interna de tu muñeca, ya que es el área más parecida en tono al de la piel del rostro. Estos acabados en crema permiten crear infinidad de efectos: desde colores traslúcidos a otros mucho más intensos. La condición de su fórmula permite mezclarlos entre ellos para crear nuevos tonos: experimenta y disfruta, que para eso es el maquillaje.
Cómo rebajar el colorete
¿Y qué ocurre si me paso con el colorete? Existe un truco infalible que hará que no tengas que desmaquillarte y partir desde cero. Da pequeños toques en la zona con la esponja o la brocha que hayas utilizado para poner tu base, que todavía conservará restos del producto. De esta manera, el color del blush se verá suavizado. No pongas más producto en la brocha, pues darás una cobertura excesiva.
Fuente: Leer Artículo Completo