Estas semanas en casa han sido geniales para muchas cosas: he leído libros pendientes, he desempolvado vinilos que hacía años que no sacaba de sus estuches, he aprendido a hacer pan, he visto mucho cine clásico, también el documental de Beastie Boys dirigido por Spike Jonze y el alucinante Free Solo, la hazaña de un deportista extremo que escala sin cuerdas el Gran Capitan de Yosemite (y que me ha dado unas ganas absolutas de volver inmediatamente, YA, a disfrutar de la naturaleza)… Y también he descubierto que los aceites corporales –que inexplicablemente tenía vetados– también son para mí.
El aceite corporal Summer Body Oil, de Rowse, me ha enganchado a la primera por su textura envolvente, resbaladiza y sin embargo hidratante y nada pegajosa. Contienen una mezcla de aceites de jojoba, monoï, zanahoria y buruti que aportan antioxidantes y vitaminas A, D y E que nutren, protegen, reparan la piel y dejan un brillo sutil súper guay.
Salgo de la ducha, me seco con la toalla sin llegar a retirar toda la humedad, me aplico unas gotas de aceite en la palma de la mano y lo masajeo sobre la piel. Al pasar por los codos, las rodillas y los talones insisto con ganas. Y acabo frotándome suavemente las manos para aprovechar hasta la última gota. La sensación es que nutre y mantienen la humedad pero se absorbe en seguida.
Su aroma a bergamota, neroli y palmarosa es ligero y no agobia nada. Y deja en la piel ese olor a verano que este año apetece más que nunca.
SUSCRÍBETE AQUÍ a nuestra newsletter para recibir todas las novedades de Glamour
Nuestros periodistas recomiendan de manera independiente productos y servicios que puedes comprar o adquirir en Internet. Cada vez que compras a través de algunos enlaces añadidos en nuestros textos, Condenet Iberica S.L. puede recibir una comisión. Lee aquí nuestra política de afiliación.
Fuente: Leer Artículo Completo