Conforme nos acercamos al punto álgido de la curva que nos indica la extensión del coronavirus, nos hacemos más y más conscientes de la necesidad de las medidas higiénicas a la hora de contener la pandemia. Desinfectar bien manos y ropa cada vez que llegamos de la calle es obligatorio, y ahora que tenemos tiempo se nos presenta la ocasión perfecta para extremar la limpieza de las herramientas de nuestro neceser de belleza. No solo brochas y pinceles, sino también tijeras, rizadores de pestañas, pinzas, horquillas, aparatos de luz pulsada, depiladoras… Incluso cepillos, peines, secadores y planchas. Todo. Lo ideal es limpiar a fondo todo lo que vamos a utilizar frecuentemente durante estos días de confinamiento y ser muy conscientes de utilizarlos siempre con las manos limpias. El procedimiento es facilísimo.
Lo estamos viendo tanto en los consejos que nos llegan de los especialistas en desinfección y limpieza como en los procedimientos de las autoridades locales: la lejía diluida en agua es una fórmula efectiva para romper el poder infecciosos del virus. Es el momento de utilizar un rociador con una mezcla de agua y lejía que podamos utilizar frecuentemente para higienizar la manilla de la puerta o incluso el móvil con ayuda de un paño. Lo mismo con todas las herramientas de belleza eléctricas. Cepillos, peines, rizadores, pinzas y demás material rígido, podemos sumergirlos unos minutos en una mezcla con agua y lejía y secar minuciosamente. Queda perfectamente desinfectado.
Con ese paño humedecido con la fórmula de lejía y agua podemos limpiar la parte rígida de pinceles y brochas, mientras que para eliminar bacterias, suciedad y proteger con cierta barrera antivirus la zona de pelo tendremos que emplearnos más a fondo. Nos toca lavar con agua bien caliente,y con lavavajillas, además de ser insistentes en el enjabonamiento y el aclarado. Es cierto: lo ideal es recurrir a una mezcla de alcohol isopropílico y agua destilada, pero no es tan fácil encontrarlo en tiendas ahora mismo y es recomendable utilizar lo que tengamos a mano para desinfectarnos cada vez que salgamos a la calle. Esponjas y demás desechables, es momento de cambiarlos. La precaución no cuesta nada.
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