La actriz se encuentra en pleno rodaje de la nueva temporada de Lizzie McGuire y ha tenido que hacer pequeños esfuerzos para retomar el papel que interpretó durante su adolescencia. Uno de ellos ha sido volver a ponerse en forma, algo que no ha sido precisamente sencillo después de dar a luz a su segunda hija, hace tan solo un año.
Pero según ha contado Hilary Duff en una entrevista para la edición estadounidense de Women’s Health, su secreto ha sido cambiar el tipo de entrenamiento que hacía. Y es que antes se negaba a trabajar con pesas en el gimnasio: «No quería levantar peso porque pensaba que entonces aumentaría el tamaño de mi cuerpo», ha explicado. «Tiendo a desarrollar músculo rápidamente».
Sin embargo, se ha dado cuenta que aquella forma de pensar era un error. De hecho ha confesado que ha dejado a un lado el cardio en el que solo se centraba para hacer ejercicios de musculación: «Estoy levantando peso en cuclillas, utilizando una barra con bastante peso, y la verdad que nunca ma he sentido tan fuerte, pero a la vez delgada», admite. Y es que los ejercicios de cardio, según cuenta, le hacían sentirse cansada y especialmente hambrienta. «Esta es una forma diferente y eficiente de hacer ejercicio».
Una dieta flexible, algo clave para transformar su cuerpo
La intérprete decidió hacer un cambio también en su alimentación, por eso explica que lleva meses trabajando con un nutricionista experto en dietas flexibles. Es el quien le personaliza su menú semanal incluyendo productos que suponen una debilidad para Hilary (como el vino o las almendras cubiertas de chocolate). «Básicamente, lo que hace es contar los macronutrientes por ti. Y ha sido sorprendente porque es básicamente una ecuación matemática que he seguido y ha resultado ser un éxito», asegura.
También explica que ha obtenido buenos resultados porque ahora es más consciente de lo que come y cuándo come. «Antes de trabajar con mi nutricionista y evaluar la ingesta diaria de carbohidratos y grasas saludables, no tenía idea de cuánto comía durante el día picando varios snacks», admite. «Perdí cuatro kilos y medio sin morirme de hambre, solo comía cosas que me gustaban y era más consciente».
Hilary dice que sus nuevos hábitos alimenticios y rutina de ejercicios le funcionan porque no tienen restricciones. «Soy la primera persona que odia cuando alguien le dice lo que tiene que hacer», confiesa. «La segunda vez que alguien me dice: ‘No puedes tomar vino’, yo digo: ‘¿sí?, pues ahora quiero la botella entera'», dice. «Ha sido genial volver a entrenar mi mente y descubrir que esto funciona. Puedo comer normalmente, vivir y disfrutar de la comida, pero aún así obtener los resultados que busco».
Vía: Women’s Health US
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