De la sal a las algas: la cosmética de origen marino

El mar es fuente trabajo y alimento, lugar de recreo y de relax y ahora también de él se puede extraer componentes para realizar productos que se añaden a nuestras rutinas de belleza, aportando agentes activos que realmente marcan una diferencia.

La cosmética con ingredientes marinos ha experimentado un c empujado únicamente por sus beneficios. Y es que las aplicaciones en belleza de los ingredientes extraídos del mar son de lo más variadas, desde el colágeno aplicado a productos con efecto lifting, nutricosméticos con Omega3 extraído del pescado, las algas marinas o productos de acabado capilar con sal marina.

El colágeno es un componente que ha ocupado cientos de titulares en los medios de belleza en los últimos años. Se trata de una sustancia naturalmente presente en nuestra piel que se encarga de dar firmeza y tensión a la piel. Con el paso del tiempo los aportes de este componente generados por el propio cuerpo van disminuyendo, específicamente a partir de los 30 años es cuando el cese es más notorio. Y aquí es donde entra la cosmética, porque esta falta de colágeno se puede suplir con productos formulados con este ingrediente. ¿De dónde se obtiene el colágeno de los cosméticos? Pues una de las fuentes es las escamas de los peces que habitan en el mar.

El colágeno marino es el más utilizado en cosmética. Lo más común es añadirlo a las fórmulas mediante hidrosis, dando lugar al colágeno hidrolizado, que son moléculas muy pequeñas capaces de ser absorbidas por la piel. El colágeno fortalece la piel, las uñas y el pelo y ayuda a mantener la firmeza de la piel además de luchar contra las incipientes arrugas. Se puede encontrar sobre todo en tratamientos de efecto lifting y antiarrugas.

La nutricosmética es otra rama de la belleza que se ha desarrollado de manera acelerada en los últimos tiempos. Su efectividad unida a su practicidad ha conseguido que muchas personas prefieran atacar a los problemas que experimentan en su piel desde dentro. El superingrediente marino en este sentido es el Omega3, de sobra son conocidas sus propiedades que contribuyen al desarrollo cerebral. El Omega3 marino se puede extraer de algunos tipos de pescado o de microalgas marinas y también tiene aplicaciones cosméticas. Y es que la piel, como el órgano más extenso del cuerpo, necesita este tipo de grasa poliinsaturada para mantener sus propiedades intacta.

Concretamente, el Omega3 marino ayuda a reparar y regenerar la piel ya que contribuye a la regeneración celular, así prepara la dermis para resistir mejor cualquier ataque externo o interno y le proporciona un aspecto más joven. Por otra parte, su capacidad antiiflamatoria reduce el enrojecimiento y la irritación. También actúa como emoliente natural, especialmente indicado para pieles secas.

La aplicación de algas en cosmética es un universo tan amplio que ha recibido hasta un nombre propio. La blue beauty es la industria de la belleza que cuenta con las algas marinas como ingrediente principal. Todos estos productos se benefician de las propiedades de las algas, que son una fuente natural de minerales y oligoelementos que en la piel y el cabello se traducen en un aspecto resplandeciente.

Y es que los cuatro beneficios principales de este elemento marino son: la hidratación, debido a su capacidad para absorber y retener la humedad y a su aporte de vitamina E, el rejuvenecimiento de la piel por su aporte de aminoácidos que ayudan a rellenar la piel y a alisar las líneas de expresión, reparador, con minerales como el zinc y el magnesio, y unificador, gracias a las proteínas que dan energía a las células, además de la clorofila, que ayuda a mantener la oxigenación y combate la sequedad.

Además de todos los beneficios que el mar nos puede aportar de puertas para dentro también se han encontrado aplicaciones que están destinadas a conseguir una determinada estética. El auge de los cabellos ondulados por la humedad de los surfistas puso de moda este estilo de cabello y la industria cosmética se puso manos a la obra para formular productos que replicaran esta estética. Así surgieron las brumas para el cabello con sal marina que aportan cuerpo definición textura y flexibilidad a las melenas.

Estos son solo algunos ejemplos de todas las vías por las que el mar pone su granito de arena -o gota de agua- para mejorar el aspecto de nuestra piel, nuestro cabello y nuestras uñas, ya sea actuando desde dentro o desde fuera.



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