El corrector es uno de esos productos casi mágicos que hay en el mundo de la belleza. Es un indispensable y es que de un solo toque puede hacer maravillas. Por eso es un error relegarlo solo a disimular las ojeras, que sí, es su función principal: «Aquí es clave aplicarlo solo en la zona del lacrimal y, desde ahí, ir difuminando. No soy partidario nunca de aplicarlo por todo el contorno o por la mitad de él, ya que esto suele provocar un efecto parche poco natural. Se trata de cubrir, no de disfrazar la mirada», señala el maquillador David Deibis, de Perricone MD, sobre aplicar el corrector sobre la ojera para mejorar la mirada. Pero no es la única función que tiene el corrector.
Cubrir imperfecciones
Esta es otra de sus funciones básicas y quizás era conocida por muchas (por no decir todas) antes de leer este artículo. Y con estas nos referimos a granitos, marcas, etc. «En estas situaciones, siempre recomiendo aplicarlo en lo que denomino como dos fases. Primero, usaremos un pequeño punto sobre el granito y difuminando con la yema de los dedos para crear como un lienzo que se unifique con el tono de la piel. Después, aplicaremos un segundo punto de nuevo en la zona inflamada, aumentando así la cobertura, sellando un poco con la yema del dedo de nuevo», comenta David Deibis.
También sirve para disimular manchas y rojeces, que se eliminan tratándolas, en particular las primeras, pero mientras, hay que cubrirlas: «Aquí, podremos aplica un punto sobre la mancha o la rojez y, en estos casos, recomiendo difundir con brocha, ya que creará un efecto filtro muy natural. Convendrá usar en estos casos correctores que puedan tratar el problema y no solo lo tapen, y también aquellos con SPF, que protegerán la piel de irritaciones solares o futuras manchas», indica el maquillador.
Prebase de labios y de sombra de ojos
A pesar de que podemos usar el producto concreto para esto, el corrector hace que el acabado sea mate, ayuda a fijar el labial y que sea más permanente. Además, podrá corregir imperfecciones cercanas al contorno de la boca. «Aplicaremos tres puntos en el labio inferior y tres en el superior (izquierda, centro, derecha). Distribuiremos con la yema del dedo índice de manera que quede uniforme. Dejaremos secar un poco y, pasados unos 30 segundos, podremos aplicar nuestra barra habitual», cuenta el Makeup Artist.
Y logra lo mismo con la sombra de ojos: «Aunque en este caso prefiero aplicar productos específicos, en momentos exprés, esta es una gran alternativa. Aplicaríamos en este caso un punto en el centro, cerca de la línea de las pestañas, y difuminaremos con los dedos hacia arriba y los extremos», añade David.
Iluminador
Esto se puede conseguir con un corrector más claro, ya que dará un efecto brillante: «Obviamente, si tenemos un iluminador, será mejor opción, pero esta no es una mala alternativa en absoluto. Lo básico será aplicar un corrector más claro que nuestro tono de piel en el arco de la ceja, la punta de la nariz, el área superior del pómulo y en el arco del labio», revela.
Para hacer contouring
O lo que es lo mismo, esculpir el rostro y potenciar sus ángulos y volúmenes. «En este caso, será mejor usar uno o dos tonos más oscuros al nuestro. Lo aplicaremos en el arco de la frente (junto a la línea de salida del cabello), hacia las sienes, y siguiendo la línea inferior del pómulo, en eje de oreja a boda, para después difuminar. También podremos contornear la nariz añadiendo una línea vertical a cada extremo, difuminando de nuevo traes ello«, expresa Deibis.
Definir las cejas
Si eres de las que ha optado por no depilar sus cejas, el maquillaje puede ayudarte y mucho a llevar esas cejas pobladas de tendencia pero también definidas: «Con un tono más claro del nuestro, haremos una línea siguiendo la ceja, tanto arriba como abajo de ella, y después difuminaremos. Esto aumentará el contraste y creará unas cejas más llamativas y salvajes, como es tendencia», explica David Deibis.
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