Eres lo que comes, pero también lo que bebes. Todo lo que nuestro cuerpo ingiere se manifiesta tanto en el desarrollo interno de nuestro organismo como en su estado físico. Y la piel es, sin duda, una de las que más sufren el impacto de nuestra alimentación.
Al comer determinados alimentos puede que hayas notado como se te ha enrojecido alguna zona de la cara, su inflamación, erupción o sequedad. Y al beber alcohol, probablemente más allá de estos efectos también te hayas percatado de que el acné se incrementa los días posteriores.
Porque el alcohol es, sin duda, uno de los peores enemigos de nuestra piel. Cuando se abusa de su bebida o cuando llevas varios días de cenas bebiendo alguna copa de vino es muy probable que comiences a notar tu rostro más apagado, aparición de granos, bolsas debajo de los ojos, capilares rotos, venas que ahora se ven más, manchas o más líneas de expresión… Y no: no es envejecimiento. Son los efectos que el alcohol provoca sobre tu piel.
¿Por qué se produce esta desmejora en nuestra piel? Porque el alcohol genera un subproducto tóxico de nuestro metabolismo dentro del hígado haciendo que se libere y, consecuentemente, que se produzca la deshidratación de nuestros tejidos.
Además, aunque el alcohol provoca sueño cierto es que cuando lo bebemos no descansamos lo suficientemente bien que deberíamos. Nos hace sentirnos más cansados y al reducir la sensación de frescura, nuestro cuerpo padece más deshidratación y resaca, que se manifiesta en caras hinchadas e irritabilidad.
¿Y qué podemos hacer para nivelar y equilibrar nuestra deshidratación y los efectos del alcohol en nuestro cuerpo? Lo primero es evitar el azúcar ya que puedes agravar sus consecuencias y aumentar la probabilidad de sufrir otras enfermedades de la piel como la rosácea, los eccemas y la psoriasis.
También deberás apostar por el retinol para suplir la vitamina A que el alcohol quita del cuerpo y generar así mayor colágeno. Si además, los efectos que estás sufriendo son notorios y grandes, debes saber que hasta pasados los 28 días no se van del todo, por lo que es aconsejable que hagas un buen detox de alcohol y que limpies tu cuerpo bebiendo dos litros de agua con limón al día.
Fuente: Leer Artículo Completo