Mamá frente al espejo de su tocador. Se pintaba los labios y se rizaba las pestañas mientras tu te sentabas en la cama y jugabas con su maquillaje y sus joyas. Charlabas con ella, admirabas lo guapa que se estaba poniendo y veías como llegaba el momento más especial del ritual: la aplicación del perfume. Entonces, te colabas en su estela por si te caía un poquito y olías tan bien como ella. Después, con el paso del tiempo, desarrollaste tus propios gustos, tal vez radicalmente opuestos a los de ella, tal vez parecidos. Hiciste tuyas determinadas fragancias, conseguiste plasmar tu personalidad gracias a sus acordes… Pero, entonces, llegó un día en que te apeteció rendirle un homenaje a tu madre y rescatar aquellos perfumes que tanto le gustaban, y eso es, precisamente, lo que queremos hacer hoy.
Agua Fresca de Rosas, Chanel, Nº5, Agua de Loewe… Son clásicos que conociste gracias a ella y que jamás pasarán de moda. Esa atemporalidad es justo lo que nos ha hecho volver a interesarnos por ellas, pues sabemos que nunca nos cansaremos de llevarlas. Podríamos calificarlas como el vestido negro de los perfumes, ya que deberían estar en todos los tocadores del mundo por su condición de básicos. Eso y las nostalgia que nos producen, devolviéndonos a algunos de los momentos más felices de nuestra vida, son las razones para elegir estos diez que amarás eternamente. Gracias, mamá.
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