Tras más de 40 días en casa ayer pudieron salir a la calle los niños de hasta 14 años, durante un máximo de una hora y alejándose hasta 1 kilómetro de sus hogares. Durante estas últimas siete semanas los más pequeños apenas se han expuesto a la luz solar, -esto también afecta a la falta de vitaina D-, por lo que hay que protegerles adecuadamente. “Muchos padres no usan un protector solar hasta el momento de ir a la playa, pero es muy importante proteger a los niños desde la primavera. La erupción polimorfa solar (son pequeños granitos que aparecen por todo el cuerpo, que producen mucho picor) es una patología cutánea que suele aparecer en esta estación del año, debido a una inexistente o inadecuada protección”, explica la Dra. Elena Martínez Lorenzo, dermatóloga de la Clínica Pilar De Frutos.
Durante los primeros 18 años de nuestra vida recibimos alrededor del 50% de la exposición solar. Por eso la protección ante los rayos es especialmente importante en los niños, tanto por sus efectos negativos inmediatos como los tardíos, ya que las quemaduras solares en la infancia están relacionadas directamente con la aparición de cáncer de piel en la edad adulta, según datos de Bioderma. De hecho, la piel de los niños es seis veces más fina que la de un adulto y no produce tanta cantidad de melanina, transpiración o defensas; lo que les hace más vulnerables a los rayos solares y a la absorción de las sustancias químicas que contienen algunas cremas solares.
Lo normal es que en marzo y abril la piel vaya adquiriendo melanina, y así se proteja para los rayos solares que comienzan a ser más intensos a partir de ahora. Sin embargo, este año se ha unido a la sensibilidad de la primavera el confinamiento, lo que hace que sea “más recomendable que nunca utilizar protección solar de amplio espectro, capaz de bloquear todos los rayos, y un factor de protección alto, incluso aunque esté nublado”, advierte Marinea Meca, responsable de formación de Laboratorios SVR.
Cómo protegerles según su edad
Los recién nacidos y bebés menores de seis meses “poseen una piel muy sensible a las quemaduras solares, independientemente de su fototip. En menores de seis meses no hay que aplicar protector solar (algunos ingredientes pueden ser perjudiciales a esta edad) y se deben limitar los paseos a primera hora de la mañana o a última de la tarde para evitar las horas de más radiación”, advierte El Dr. Josep González Castro, dermatólogo y director de IDERMA Institut del Hospital Universitario Dexeus.
Los peques de seis meses a tres años “deben empezar a tener contacto con el sol –sin exponerlos a él de manera directa– y nutrirse de la vitamina D. Hay que tener especial cuidado y extremar las precauciones, ya que su piel crea pocas defensas y es más propensa a absorber cualquier sustancia que le apliquemos. Lo más adecuado es un protector, específico para bebés y niños, lo más natural posible y con ingredientes que hidraten y calmen” aconsejan desde Freshly Cosmetics.
Los niños a partir de tres años y hasta la adolescencia “deben llevar gorra o sombrero y usar un fotoprotector que ofrezca protección frente a las radiaciones UVB y UVA, resistente al agua y al roce, especial para niños, en las zonas que no tengan cubiertas”, apunta el Dr. Josep González Castro.
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