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No, los ultraprocesados no te harán sentir más feliz: y sabemos por qué
Uno de los productos más vendidos (con perdón del papel higiénico) durante la cuarentena es el chocolate. Ahora que la compra ‘búnker’ del principio de la cuarentena se ha acabado, la población está inviertiendo en productos ‘gourmet’ para satisfacer, al menos, los caprichos que demanda el paladar en lo que dure el confinamiento. La ‘comfort food’ o lo que entendemos como cmida basura, se está convitrtiendo en una vía de escape al estrés y los momentos de agobio por la situación de incertidumbre que estamos atravesando. Lo cierto es que sí un bolsa de papatas fritas, produce una sensación de felicidad y bienestar instantánea, pero a las pocas horas volverás a tener hambre.
Y es que, los ultraprocesados, llenos de azúcares e ingredientes insanos, tienen ese efecto: llenos de calorías vacías y con cero nutrientes, debido a su composición química generan un «estado de calma» cuando los consumimos. La felicidad por comer un helado ultraprocesado es momentánea, pero las consecuancias si se trata de un hábito, muy difíciles de combatir a largo plazo, ya que acarrean importantes problemas de salud.
El nutricionista Carlos Ríos ha tomado las redes para ayudar a sus seguidores a combatir la cuarentena sin caer en la tentación del azúcar refinado y las grasas ultraprocesadas. Tal y como publica en su cuenta de Instagram, hay varios tips que podemos llevar a cabo para seguir comiendo bien, tal y como lo hacíamos antes del confinamiento, «Si quieres dejar el tabaco lo peor que puedes hacer es tenerlo cerca, pues con los ultraprocesados igual. Si no depende de ti, al menos ten tu despensa en un sitio diferente al del resto de la casa», asegura.
Y prosigue, «Cocina la comida y cómela a la hora de comer. En buena cantidad para saciarte. Yo hasta he reducido la compra de snacks saludables para evitar tentaciones. No obstante, siempre es mejor pasarte comiendo fruta que bollos, obvio. Planifícate, adelántate al antojo. Visualiza que puedes esperar a comer a la siguiente comida». Es decir, si ves venir el antojo será más fácil que no te pille de sorpresa. Y sobre todo, «en las comidas principales come bien, no te quedes con hambre, mete abundantes vegetales, agua, alimentos con más contenido en proteínas como huevo, pescado, también en fibra como legumbres. Disfruta, cocina y haz tus platos apetitosos y saludables. Bebe más agua, muchas veces no es hambre, es sed. Bebe dos vasos de agua antes de caer en el antojo», finaliza.
En la cuenta de nutrición y alimentación saludable, @Futurlife21 lo explican en una sola infografía. Y añaden algo muy obvio si hacemos referencia a los platos, «Si no disfrutas de lo que comes, tu semana girará en torno a que llegue el momento de poder comer algo “que te gusta” por eso es tan importante comer riquísimo». Y también recomiendan no privarse, «No pasar hambre es clave. Si comes muy sano pero tienes hambre todo el tiempo, puede que te des un atraconazo. Elige saludable pero en cantidades que te llenes un 80% después de comer, que te sientas bien. Así podrás mantener el hábito a la larga», una de las máximas más importantes (y difíciles de seguir) a largo plazo.
Ahora llega la pregunta del millón, ¿es hambre o antojo? Bebe dos vasos de agua y… ¡descúbrelo!
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