Parecía que Japón tenía controlada la pandemia del coronavirus sin necesidad de confinar a su población. La limpieza y distancia social que ya de por sí es habitual en el país han jugado a su favor. Las clases se cancelaron, pero la vida en el país continuaba con cierta normalidad: la princesa Aiko incluso pudo graduarse con sus compañeros antes de entrar a la universidad, eso sí, con mascarilla. Pero no ha sido suficiente y su primer ministro, Shinzo Abe, decretó el pasado 7 de abril el estado de alarma en el país. Una medida que casi coge a los emperadores eméritos en plena mudanza.
A finales de marzo, el emperador emérito Akihito y su mujer Michiko dejaban el palacio imperial de Tokio, la que ha sido su casa en los últimos 26 años. Primero se han quedado en su villa de Kanagawa, la Hayama Imperial -mientras su servicio transportaba sus objetos personales-; para después trasladarse a la que será su nueva residencia temporal, la Takanawa Imperial Residence. En esta nueva ubicación permanecerán alrededor de un año y medio, mientras que se renueva el palacio de Akasaka para ellos, con ascensores incluidos.
La de Akasaka es la residencia del actual emperador Naruhito con su familia, su mujer, Masako, y su hija, Aiko, y donde antes vivieron los ahora emperadores eméritos. Como los roles cambian, la nueva familia que reina debe instalarse en el palacio Imperial de Tokio.
Para la princesa Aiko este era un mes muy especial, puesto que empezaba su andadura en la universidad, pero ahora tendrá que esperar o hacerlo de forma online. El emperador Naruhito, por su parte, ya decidió, el pasado mes de febrero, suspender el saludo por su cumpleaños que tenía previsto y en el que muchos seguidores se congregan en el palacio imperial para ver a su monarca. Otra de las importantes ceremonias que estaban en juego era la de la proclamación del hermano menor de Naruhito, Akishino, como sucesor al trono. Con la última decisión del gobierno del país también ha tenido que cancelarse.
La ceremonia se llama Rikkoshi no Rei estaba prevista para el próximo 19 de abril y forma parte del conjunto de celebraciones relacionadas con la entronización del emperador Naruhito que comenzó en mayo del pasado año. El gobierno japonés no ha anunciado una nueva fecha, pero lo hará en función de la evolución del coronavirus en el país.
La parte que comprende a los banquetes de la ceremonia ya había sido cancelada, pero se esperaba que se pudiera seguir con el resto del evento y un número reducido de invitados. Lo que más llama la atención, sin embargo, es que se nombre heredero del trono al hermano menor del emperador y no a su propia hija, la princesa Aiko. La razón es que la ley de sucesión al trono japonesa no contempla a las mujeres; y el hermano menor de Naruhito tiene un hijo de 13 años, Hisahito, que será el futuro emperador si todo continúa igual.
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