El otoño de 2018 no será recordado por Marisa Jara como el de su vida. La modelo era operada de un tumor maligno en el estómago. Meses más tarde, en febrero, regresaba al quirófano para que le extirpasen un mioma en el útero. Ha pasado un año y medio complicado, pero todas las malas rachas terminan y ale el sol.
En su caso, esa luz tiene nombre de hombre: Miguel. Y ha decidido compartir la primera foto junto a él en esa cuenta de Instagram que, tiempo atrás, le servía para agradecer las muestras de cariño durante su convalecencia o para enseñar las cicatrices que el bisturí ha ido dejando en un cuerpo que no renuncia a la maternidad (uno de sus grandes sueños).
«Contigo pasaría 100 años de cuarentena«, se puede leer junto a ese ‘selfie’ de presentación al lado del que él tampoco se ha cortado a la hora de comentarle, de cara a los más de 100.000 seguidores de su pareja, todo lo que la quiere. Una demostración de amor público para Jara, a la que la vida empieza a sonreírle después de haberle provocado el llanto y la desazón.
Es cierto que Marisa compartió una foto junto a él hace un par e semanas, pero sin etiquetarle ni dar indicaciones de su identidad, por lo que es ahora, con esta imagen que vemos arriba, cuando podemos considerar que ha decidido oficializar la relación a ojos de los usuarios de las redes sociales.
De él, además de su nombre, sabemos poco más que el hecho de que no forma parte del mundo del corazón. Es agente inmobiliario y se dedica, también, al mundo de la decoración y el interiorismo. Lo que no sabemos es si Marisa le está haciendo ejercer en estos días de encierro para que le dé una vuelta a la distribución de los muebles de esa casa en la que pasan juntos el aislamiento.
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