El futuro de la la realeza búlgara: un artista y un físico

El 15 de agosto de 2008, el jaguar en el que viajaban Miriam Ungría y el príncipe Kardam de Bulgaria se salía de la carretera en El Molar, a pocos kilómetros de Madrid. El hijo del rey Simeón y Margarita Gómez Acebo era trasladado en helicóptero al Hospital Doce de Octubre y durante casi siete años estuvo tratando de recuperarse primero en Cacheiras, en Galicia, y más adelante en su casa familiar en la capital. Pero tras un largo periodo en el que experimentó una leve mejoría, el 7 de abril de 2015, Kardam fallecía a los 52 años tras una complicación pulmonar. El príncipe de Tirnovo dejaba una viuda y dos hijos, Boris y Beltrán, que entonces tenían 17 y 16 años.

A partir de ese momento, el príncipe Boris, aún siendo un adolescente, asumió su destino al convertirse en heredero del título de Príncipe de Tirnovo y ocupar por tanto el primer puesto en la línea de sucesión a los derechos dinásticos en el trono de Bulgaria.

Kardam Sajonia- Coburgo- Gotha (Saxe Coburg Gotha), fue el primer vástago del rey Simeón y Margarita Gómez-Acebo. Siempre estuvo muy unido a sus dos hermanos, Kyril (55), Kubrat (54), Konstantin (52) y Kalina (48). Su padre le hablaba en alemán, francés y en búlgaro, y su madre siempre en español. Apasionado del mundo del campo, se licenció en Economía Internacional y Filosofía en la Universidad de Clark, en Estados Unidos, y continuó su formación llevando a cabo un máster en Economía Agrícola en la Universidad Estatal de Pensilvania. Trabajó en empresas como Amena, Airtel o Telefónica, pero su pasión por la jardinería la siguió disfrutando en la intimidad de su casa.

Su gran compañera de vida fue Miriam de Ungría (56), con la que se casaba en 1996 en la iglesia ortodoxa de los santos Andrés y Demetrio de Madrid. Al enlace asistieron la Reina Sofía, la infanta Cristina (Kardam fue después padrino de uno de sus hijos) y los entonces duques de Lugo. Miriam estuvo a su lado en todo momento tras el accidente de tráfico y hasta el día de su fallecimiento.

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Miriam es diseñadora de joyas

Miriam de Ungría es la menor de siete hermanos. Hija del empresario y abogado de patentes Bernardo de Ungría y Goiburu, marqués de Montefalcón, se licenció en Geografía e Historia en la Universidad Complutense, en la especialidad de Historia del Arte. Un año más tarde, y siguiendo con su sueño desde que era una niña y su padre le traía piedras preciosas de sus viajes por el mundo, comenzó de la mano de la Escuela de Minas de Oviedo sus estudios de Gemología, fabricación y diseño de joyas, materia que perfeccionó más tarde en Italia.

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Lanzó su primera colección en 1991 y trabajaba además reformando joyas o asesorando en inversiones. Fundó junto a otros jóvenes la Asociación Española de Tasadores de Alhajas y en el año 2000 fichó por Carrera y Carrera y ya como directora de Alta Joyería de la firma presentó la colección Jardín de Rosas en Nueva York en julio de 2002, cuyo éxito le abrió las puertas al mercado internacional. En 2014 lanzaba su propia marca de joyería, Mdeu, que actualmente vende online y en diferentes centros comerciales. En agosto de 2018, Miriam decidía mudarse a Londres para estar más cerca de sus hijos que estudiaban allí, donde están centrados ahora todos sus esfuerzos para lanzar a nivel internacional sus joyas.

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Boris y Beltrán, el gran apoyo de Miriam

Kardam y Miriam tuvieron dos hijos. Boris (22) llegaba al mundo el 12 de octubre de 1997 en la Ruber Internacional y su madre siempre cuenta divertida que cada Día de la Hispanidad, durante varios años, el niño pensaba que los aviones y el desfile militar eran para celebrar su cumpleaños. “Fue más difícil contarle esa verdad que la de los Reyes Magos”, explicaba en una entrevista en Vanity Fair. La primera llamada que hicieron los orgullosos padres fue para la abuela de Kardam, la reina Giovanna (‘Nonna’, como la llamaban), a la que estaba muy unido. El nombre de Boris se lo pusieron en homenaje a su marido, el rey Boris III, algo que a la reina le hizo tremendamente feliz.

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Dieciséis meses más tarde, el 23 de marzo de 1999, nacía su segundo hijo Beltrán (21). Los dos niños estudiaron en el Liceo Europeo (su padre lo hizo en el Liceo Francés). Ambos son ortodoxos como toda la familia paterna y dicen que siempre fueron unos niños sensatos y responsables.

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Boris, el príncipe escultor

Para completar su formación escolar, Boris eligió hacer Bachillerato en un internado en Austria. El primogénito y ya príncipe de Tirnovo habla a la perfección inglés, francés y búlgaro. De pequeño le gustaban los deportes y siempre ha sido fan del Real Madrid. De su madre ha heredado la sensibilidad para el arte y de su padre por la música. Con su padre le gustaba hacer maquetas de barcos y aviones y jugar al fútbol.

Ya desde muy jovencito, a Boris le comenzó a interesar todo lo que tuviera que ver con la pintura y la escultura por lo que decidió marcharse a Reino Unido y ahí inscribirse en la Universidad de las Artes de Londres, donde se graduó en julio de 2019. En la capital británica ya ha realizado algunas exposiciones de sus propias esculturas, como una que llevó a cabo el año pasado en el Wimbledon College of Arts. Entre sus grandes pasiones también está la fotografia, como muestra en su perfil público de Instagram, y le gusta ir a esquiar en invierno a alguna estación de esquí en Austria. Si algún día regresara la monarquía a Bulgaria, Boris se convertiría en el Zar Boris IV de Bulgaria.

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Beltrán estudia Física

A diferencia de Boris, el pequeño de la familia ha optado por las Ciencias y estudia Física también en Reino Unido. Su madre lo describía en una entrevista en ABC como un “cerebrín’ físico”. Beltrán, que es segundo en la línea sucesoria, es aficionado a tocar el piano, como ha mostrado su orgullosa madre en sus redes sociales, y junto a su hermano mayor forma un tándem perfecto, ya que ambos han estado muy unidos siempre y más desde el duro golpe que supuso la muerte de su padre.

Boris y Beltrán son dos jóvenes educados y responsables, se llevan muy bien con sus primos los hijos de Kyril y Kubrat, y su abuelo Simeón siempre se ha manifestado con mucho cariño hacia ellos y Miriam de Ungría. "Boris es un chico muy preparado y, al igual que su hermano, Beltrán, muy buen hijo. Durante toda la enfermedad de su padre, los dos estuvieron a su lado, y eso en unos chicos tan pequeños refleja su madurez. Su madre, mujer de una calidad extraordinaria, nunca les ocultó la gravedad de la situación”, comentaba el que un día fuera Rey de Bulgaria.

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