Aunque la mayoría ya nos hemos olvidado del trauma de la vuelta al cole, para muchos sigue siendo un objetivo principal el perder el peso cogido durante las vacaciones. Hay algún kilo de más que se resiste a abandonarnos, sobre todo porque con la vuelta a la rutina volvemos a caer en el mal hábito de comer súper deprisa y cualquier cosa. Pero que todo ello no te lleve a hacer tonterías con la comida, por favor.
En vez de hablar con un nutricionista, nos da por prohibirnos alimentos y empezar con restricciones que no son buenas. Y un de las cosas que enseguida nos quitamos son las grasas.
Básicas para nuestro cuerpo
Como nos explica la doctora Mar Mira, Médico Estético y Nutricionista, Codirectora de la Clínica Mira+Cueto, “las grasas constituyen la reserva energética más importante del organismo, trasportan vitaminas, forman parte de hormonas. Además, desarrollan funciones fisiológicas, inmunológicas y estructurales y muchas otras reacciones vitales en cuerpo humano.” Por todo ello, “no son para nada malas, sino que son esenciales para nuestra existencia. Lo malo es ingerirlas en exceso.”
Algo en lo que coincide también Cristina Rodríguez Alconada, Licenciada en Nutrición, Nutricionista del Instituto Médico Láser, nos recuerda que también es muy importante tener presente el tipo de grasas que estamos tomando. “No es del todo correcto hablar de grasas buenas y grasas malas, si no si son o no beneficiosas para la salud”. De esta forma habría dos tipos:
Grasas saturadas, hidrogenadas, y grasas trans
“Estas grasas son las que se encuentra en los productos industriales como la bollería industrial, los aceites de palma, carne de vaca, carne de cerdo (ibérico no porque esta grasa es insaturada), chocolate, mantequilla y en los lácteos… No quiere decir que no se puedan consumir, sino que simplemente hay que tener cuidado con su consumo y no abusar de ellas”, nos explica Cristina.
“Tienen un efecto inflamatorio y oxidativo en el cuerpo, generalmente aumentando los niveles del colesterol total y los riesgos de enfermedad cardiovascular y también de otras enfermedades, como cáncer y obesidad”, cuenta la doctora Mira.
Grasas insaturadas
“Son las que tiene efectos beneficiosos para la salud ya que ayudan a reducir el colesterol y reducen la inflamación del organismo. Algunas de ellas, como los omega 3 mejoran la calidad de la piel y están implicadas en la función de la vista y desarrollo neuronal”, explica la doctora Mira. ¿Y dónde se encuentran? “Están en los aceites de oliva, girasol, algunos frutos secos como nueces, almendras, avellanas y anacardos, el pescado azul y semillas como la chía, lino o sésamo. Según algunos estudios un consumo adecuado de estas grasas puede ayudar a la pérdida de peso”, explica Cristina.
Necesarias en la dieta
Por todo ello, no es tanto el ingerir grasas como qué tipo de grasas estás comiendo. “Es recomendado que hasta un 30% de calorías de nuestra dieta sean aportadas por las grasas”, explica la doctora Mira. Así que lo más recomendable es no eliminarlas de la dieta sino ver qué es lo que comemos y empezar a pensar si deberíamos hacer algunos cambios.
“Lo lógico sería quitar las que no son saludables y mantener el resto que son las grasas insaturadas y poliinsaturadas (Omega 3 y Omega 6) sobre todo por sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y cardioprotectoras”, nos explica la doctora Mira.
“Si quitamos la grasa de forma radical nuestra salud será más vulnerable. Tendremos más predisposición a padecer enfermedades cardiovasculares (dislipemias, hipertensión arterial, Síndrome metabólico….), mentales (alteraciones del estado de ánimo, humor , comportamiento y déficit cognitivo), afectarían las funciones de órganos como la vista, el cerebro, la piel o el corazón”, nos cuenta.
Así que ya sabes, amiga. Deja de preocuparte por las caloría y empieza a pensar más en la salud.
Fuente: Leer Artículo Completo