Los expertos coinciden en que siempre es importante mantener una correcta higiene en nuestros productos cosméticos, así como una limpieza periódica de nuestras esponjas, brochas y pinceles, que deberían ser personales e intransferibles. El motivo es que “pueden llegar a ser una fuente de contagio potencial de bacterias y hongos que habitan en la piel de cada individuo”, advierte el doctor Emiliano Grillo, dermatólogo de la Clínica Bioláser La Moraleja. Las circunstancias excepcionales que estamos viviendo por causa del coronavirus requieren extremar las medidas de limpieza. La experta en piel Carmen Navarro te da las claves para seguir una rutina de belleza diaria hiperhigienizada:
Antes de realizar tu limpieza facial desinfecta bien tus manos, con agua y jabón. Y, antes de abrir el envase que vayas a utilizar, rocíalo con una bruma de alcohol o desinfectante para liberarlo de el producto de cualquier germen y sécalo después con un tisú desechable para liberar el producto de cualquier germen.
En tu rutina de limpieza facial es el momento de realizar la doble limpieza, que consiste en utilizar dos productos (uno aceitoso que arrastra la grasa que eliminamos por el folículo pilosebáceo y otro una fórmula en gel o espuma) para eliminar la suciedad, impurezas, toxinas y gérmenes. En el primer paso conseguirás retirar todas las impurezas oleosas, como el maquillaje y el sebo; en el segundo, las impurezas acuosas y las células muertas.
Emplea toallas de algodón que puedas lavar después de usarlas o, en su lugar, algodón desechable. Pero lo que no debes usar son esponjas reutilizables, ya que pueden ser un foco de infección.
Recuerda cerrar correctamente cualquier envase cuando finalices y mejor si los guardas en un armario, alejados del baño, ya que este es el lugar donde están expuestos a un mayor número de bacterias. De hecho, en el mercado hay incluso neveras para guardarlos en el baño y mantenerlos protegerlos de la luz directa, los cambios bruscos de temperatura y de los gérmenes.
Lo ideal en estos casos es que la crema que utilizas tenga un dispensador higiénico o un aplicador de paladio, ya que así se evita que el aire entre en contacto con la fórmula. Pero si tu crema es de tarro, emplea la paletina que viene en el producto para aplicarla. Muchas de ellas tienen dos laterales: uno más ancho para quienes necesitan más crema y otro más estrecho para las personas que necesitan menos cantidad. Esta herramienta es muy práctica ya que, además de ser higiénica, con ella también evitas despilfarrar producto.
En este momento queda prohibido compartir cosméticos con el resto de la familia, algo recomendable en cualquier momento pero especialmente en situaciones como la actual.
Además, también es importante que evites los retoques de maquillaje para no tocar tu piel en la medida de lo posible. La solución: aplica antes de salir de casa una ampolla con efecto flash que te aportará un efecto lifting inmediato gracias a su gran efecto revitalizador. Te salvará el resto de la jornada por la luz y firmeza que aporta a tu piel y será tu gran aliado de belleza prolongada.
Por último, como estamos viviendo una situación que puede provocar estrés, puedes aprovechar el tiempo extra que vas a estar en casa para darte una ducha o un baño relajante. Además, también puedes aplicarte en el rostro una mascarilla purificante que limpie en profundidad y estimula las funciones cutáneas. Después de ella tu piel tendrá vitalidad, luminosidad y frescura.
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