Leo Messi vuelve a reinar. El delantero argentino salió de la gala de los Premios The Best, celebrada en L’Escala de Milán, con uno de los pocos trofeos que le faltaban en su palmarés. Lo hizo con la ausencia de un Cristiano Ronaldo que se puso filosófico en las redes sociales, escribiendo que «después de la noche siempre llega el amanecer».
Seguro que a Leo le hubiese gustado que su máximo rival deportivo, con el que se ha disputado todos los trofeos en la última década, hubiese estado allí y le hubiese dado su reconocimiento, pero el culé contaba con una compañía mucho mejor -sin desmerecer al portugués, por supuesto-.
Leo llegó a la alfombra roja junto a su mujer, Antonella Rocuzzo, a la que ya habíamos visto en estas lides. La novedad fue que Messi decidió llevar a la ceremonia a dos de sus tres hijos, a los mayores. Thiago y Mateo pisaron una alfombra roja por primera vez y demostraron que no le hacen ascos a los ‘flahses’.
A ellos les dedicó parte de su emotivo discurso. «Ver aquí a mis hijos y a mi mujer, no tiene precio», decía muy emocionado Messi, al que aún le siguen impresionando los auditorios llenos, a pesar de la costumbre que tiene de subirse a un escenario para recibir el reconocimiento de las jugadas galácticas que regala a los amantes del fútbol cada temporada.
«Es la primera vez que están aquí. Thiago estuvo en una gala, pero era muy chiquito y no recuerda nada. Verlos ahí disfrutar no tiene precio«, continuaba Messi, que no ocultó su orgullo como padre, una faceta que, quizás, no muestra demasiado.
Y concluía: «Son dos enamorados del fútbol y están viendo a todos los jugadores a su alrededor con timidez. No saben si saludar o pedir fotos a futbolistas tan extraordinarios. Es un día extraordinario por poder compartirlo con ellos y con Ciro, que le tocó quedarse en casa porque aún es muy pequeño. Con tres era muy complicado venir».
El jugador, además, agradeció el galardón en su cuenta de Instagram. «Muy feliz y muy agradecido por el premio The Best. Quiero dedicárselo especialmente a mi familia, a todos mis compañeros del club, tanto a los que están en la cancha como a los que están afuera. Y también a todos los fans que con su aliento nos ayudan a seguir trabajando día tras día por conseguir los objetivos. Un abrazo a todos», se podía leer junto a varias imágenes de una noche mágica para él, pero, sobre todo, para los niños.
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