Algo nos dice que a Máxima de Holanda le gustaría vestirse de flamenca todos los días

El rey Guillermo de Holanda y su esposa Máxima aterrizaron ayer en el aeropuerto Halim Perdanakusuma de Yakarta para dar inicio a la visita de Estado de cuatro días. La preocupación por evitar el contagio del coronavirus –no han saludado a nadie con las manos ni con ningún tipo de contacto físico– marcó parte de la agenda. El esperado recorrido marca el primer viaje del rey Guillermo y su esposa a Indonesia desde que él ascendió al trono en 2013. Durante la visita, Máxima asistirá a varias reuniones con directivos de corporaciones multinacionales para discutir sobre el acceso a servicios financieros, en su papel como Defensora Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para el Financiamiento Inclusivo para el Desarrollo (UNSGSA).

Los otros protagonistas de la jornada han sido hasta ahora, por supuesto, las dos espectaculares elecciones estilísticas de la consorte de Holanda. Máxima pisó tierra con un espectacular vestido azul con volantes y escote en los hombros de Oscar de la Renta que complementó con unos salones azules a juego de Gianvito Rossi y unos pendientes de caracola perlados de Seaman Schepps.

Para su segundo acto, una recepción en el palacio presidencial de Bogor junto al líder del país Joko Widodo y su esposa Iriana, eligió un espectacular vestido fluido con estampado floral de Natan Couture, una prenda estilo capa de chifón de seda que combinó con un tocado beige, cinturón color mostaza, guantes de piel y una cartera de mano de rafía. Con el estilismo, la argentina recuerda las medidas tomadas hace solo unos días por la reina Isabel II de llevar guantes en un acto oficial.


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