La duquesa de Sussex estuvo el viernes en el National Theater de Londres como patrona en una visita privada, y este domingo -después de su espectacular aparición junto al príncipe Harry en el Royal Albert Hall el sábado por la noche- la esperamos en alguno de los actos celebrados en Londres con motivo del Día de la Mujer. Lo que no sabíamos era que ella ya se había adelantado a la conmemoración con una visita secreta, también el viernes, a la Escuela Superior Robert Clack en Dagenham.
Con una chaqueta de tweed blanca de ME+EM sobre una camisa blanca, un pantalón negro, zapatos bicolor beis y negros de Jennifer Chamandi y un original bolso de la diseñadora Regina Pyo Nane con asa de nudo realizado en Corea del sur en poliester y algodón, Meghan recibió una cariñosa bienvenida por parte de 700 estudiantes entusiasmados con su visita sorpresa.
A ellos les dirigió la duquesa en uno de sus últimos discursos feministas en esta breve etapa de su vida como miembro efectivo de la familia real británica. Les habló de igualdad de género, de la importancia de proteger a las mujeres, de hacer que se sientan valoradas y seguras, de defender sus derechos, del empoderamiento femenino, de la idea de inspirar a las mujeres del futuro hoy y de dar ejemplo a algunos hombres “que no lo ven de la misma manera”, y hacerlo hoy y “todos los días del año”.
Uno de esos hombres no es, desde luego, Aker Okoye el estudiante de 16 años que subió al escenario para compartir parte del discurso con Meghan y que protagonizó uno de los mejores (e inolvidables) momentos de la visita.
Llegó al escenario entre los aplausos de sus compañeros, besó en la mejilla a la duquesa y se acercó al micrófono para decir lo que pensaba: "Es realmente hermosa, ¿no?"
La elección de este centro del este de Londres por parte de la duquesa no fue casual. Lo eligió por estar ubicado en una zona clave para entender parte de la historia del país. Aquí tuvo lugar una huelga histórica en 1968 cuando las únicas 187 trabajadoras de los 55.000 empleados de la planta de Ford exigieron recibir un salario justo. Su protesta llamó la atención de los medios y los políticos, y fue decisiva para que dos años después, hace ahora 50 años, el Parlamento británico aprobara la Ley de Igualdad Salarial. Una lucha -puede verse en la película Made in Dagenham– muy relacionada lema de la campaña de este año #EachforEqual cuyo gesto hizo Meghan junto a los alumnos felices ante la proximidad de royal.
Meghan agradeció a las trabajadoras, a una en concreto a quien conoció Geraldine Dear, la fuerza que tuvieron aquellas mujeres “para defender algo que era necesario: es el mejor ejemplo de que no importa lo pequeño que te sientas, el color del que seas ni el género porque teniendo voz tienes derecho a defender lo que es correcto". Miró atrás para reconocer el trabajo de muchas mujeres hasta llegar a la actualidad, y los estudiantes no pudieron agradecérselo de una forma más calurosa.
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