A los 30. No robes horas a tu sueño
Lo que de verdad cuenta ahora (y siempre) es que te sientas a gusto en tu propia piel tengas la edad que tengas. Pero ahora que empiezas tu vida adulta a plena potencia, tienes ganas de vivirlo todo. Así que no pisas tu casa más que para cambiarte y tu vida social gira en torno a tu smartphone. Dos actividades que juegan en contra de tu piel, por cierto. Te expones más a la contaminación urbana (que multiplica sus daños oxidativos por cortesía de los rayos UV del sol) y a la digital, por la perniciosa luz azul que emiten los dispositivos. A eso se añade que le robas tiempo al sueño, confiésalo. Si no duermes lo suficiente, el proceso de regeneración y detoxificación no se completa y la reparación de los daños en el ADN de las células de la piel no se corrige.
–Exige a tu crema: Colágeno, elastina y ácido hialurónico son los elementos esenciales de la arquitectura de tu rostro porque aportan, por orden, firmeza, elasticidad e hidratación. Los tres dependen de las mismas células: los fibroblastos. A partir de los 25, su presencia en tu organismo empieza a reducirse a un ritmo de un 10% menos por cada década que pasa. Necesitas activos que los pongan otra vez en funcionamiento, como el retinol combinado con la tecnología ReNeura de Shiseido que reactiva las conexiones neuronales del cerebro con la piel.
A los 40. Controla el estrés
Estás en ese punto vital en el que realmente puedes con todo. Pero los malabarismos cotidianos para controlar familia, colegios, trabajo, gimnasio, amigas y grupos de WhatsApp te generan un estrés que no le viene nada bien a tu piel, justo cuando sus mecanismos naturales de funcionamiento y regeneración empiezan a fallar. El cortisol, la hormona que segrega tu organismo cuando estás al límite, tiene la mala costumbre de romper el colágeno, que es el soporte fundamental de los volúmenes de tu cara. Así que contribuye a que el óvalo facial se desdibuje, las mejillas se caigan y la hidratación se pierda. Ponle freno ya.
–Exige a tu crema: Los activos que refuerzan la síntesis de colágeno son esenciales. El extracto de alfalfa ha demostrado ser igual de efectivo que el retinol para estimular los fibroblastos, pero te ahorra la irritación que produce la vitamina A. Por eso Chanel lo ha incluido en la reformulación de Le Lift. Dior, por su parte, ha creado un complejo bio-revitalizante de cuatro flores destinado a devolver la energía vital a las células madre cutáneas y a restaurar su poder de regeneración. Y Biotherm combina el poder revitalizante del alga parda con su mítico Life Plankton para redensifica.
A los 50. Equilibra tus hormonas
La menopausia marca los ritmos cuando cruzas el umbral de esta década. Termina tu relación con los estrógenos, las hormonas encargadas, entre otras muchas cosas, de retener la hidratación en el interior de tu piel, de estabilizar los lípidos y de asegurar su flexibilidad. Su ausencia (definitiva, por cierto) se traduce en volúmenes desequilibrados por la falta de grasa en zonas como las mejillas o los labios. Pero también en una persistente sequedad difícil de combatir, porque la acumulación de células muertas en la capa córnea (el proceso de regeneración también se ralentiza) dificulta que las cremas se absorban adecuadamente. Además, la bajada de los niveles de calcio (otra consecuencia del climaterio) afecta a la cohesión celular de la dermis, con lo que la piel también pierde densidad.
–Exige a tu crema: Necesitas nutrición inteligente: productos de alta emoliencia y textura enriquecida que aporten un extra de lípidos en las zonas en las que son más necesarios y una hidratación duradera que se mantenga estable a lo largo del día. También tecnologías que mejoren el metabolismo celular de los fibroblastos e ingredientes regeneradores nocturnos que activen la reparación de la piel, mejoren la eliminación de toxinas y aumenten la producción de energía celula
A los 60. Recupera la luminosidad
Las arrugas son lo de menos. Lo que de verdad quieres ver ahora en el espejo es un rostro radiante y vital que sea el reflejo de lo mucho que disfrutas de tu vida. Por eso lo que echas de menos es esa luz que tu piel irradiaba en otros tiempos y esas mejillas rosas que te daban un aspecto tan feliz y saludable. La causa de ese tono grisáceo, casi amarillento, es la reducción de la microcirculación celular. “La pérdida de microvasos evita que los nutrientes esenciales lleguen a las células, con lo que la piel se vuelve más fina, seca y acartonada”, explica el director científico de Clarins, Olivier Courtin-Clarins.
–Exige a tu crema: Necesitas fórmulas que reactiven la circulación en los niveles profundos de la piel para que las células se nutran y oxigenen, la sangre circule y la piel recupere su vitalidad y su luminosidad interior. El extracto tanto de la flor como del fruto del castaño de indias que incluye Clarins en Nutri-Lumière ha demostrado su capacidad para fomentar la formación de estos microvasos. El de peonía imperial que usa L’Oréal Paris ayuda a recuperar el tono rosado. Mientras que las células bi-florales de azafrán y buganvilla de Nuxe actúan en la capa basal epidérmica para aumentar el proceso de regeneración.
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