Si en en el sector de la moda hemos visto sobre las pasarelas internacionales dos corrientes imperantes de estilo, la belleza se contagia de esta sinergia y apuesta sus cartas en las mismas vertientes. Maximalismo contra minimalismo, exuberancia contra naturalidad.
Los inmaculados rostros ceden paso a las purpurinas y a los colores más llamativos para conseguir estilismos protagonistas y centrar todas las miradas en sus originales apuestas. Las propuestas de belleza que nos están enseñando los desfiles en las Semanas de la Moda nos dejan, sin duda, alternativas que reinarán este año sobre nuestra piel, pero si hay una que ha llamado especialmente la atención, esta ha sido la nueva corriente de maquillaje de ojos que hemos podido ver en desfiles como Emilio Pucci, Max Mara o Gucci.
El más disimulado ha sido Pucci que ha llenado algunas de las miradas de sus modelos con un marcado delineador de ojos que rodeaba la mirada. Pero en cambio, Max Mara despertó la altera y mostró que, el smooky eye ha vuelto con más fuerza que nunca. Si en el pasado se perfeccionaba hasta el último milímetro, ahora esta tendencia se despreocupa de imperfecciones y se muestra en su versión más descuidada con sombras de ojos difuminadas.
El propósito es fácil: conseguir un resultado que simule el maquillaje que se queda en la cara tras haber salido de fiesta y haberse dormido sin limpiarlo del rostro. Pero además, en su faceta más extrema Gucci también quiso llevar este tendencia un paso más adelante e incorporó sobre sus modelos un eyeliner que caía bajo sus ojos como si fueran fruto de las lágrimas. Toda una novedad que, a pesar de que es difícil ver en la calle, indica que las normas de belleza apuestan por ensalzar los ojos como protagonistas indiscutibles de la cara.
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