Seguro que has vivido esta situación alguna vez: te levantas por la mañana y te sientes pesada. Han aparecido unas bolsas (que antes no estaban ahí, por supuesto) gigantes debajo de tus ojos. Tienes la tripa hinchada, los pies no te entran en los zapatos y las piernas están más voluminosas de lo normal. ¿Qué te sucede? Probablemente sea retención de líquidos. Si sufres este problema sabrás que deshacerse de él no es sencillo. Pero descifrar las causas puede ser la clave para solucionarlo.
Según la Fundación Española del Corazón, la retención de líquidos, también llamada edema se trata de una acumulación excesiva de líquidos en los tejidos. Esta afección puede ser patológica o no patológica, y es esencial diferenciar entre ambas.
La primera puede estar causada por diferentes problemas, como dificultades circulatorias, renales… mientras que la segunda se debe a causas relacionadas con con la dilatación de las venas dependiendo de las temperaturas.
¿Qué puede empeorarlo?
-La ingesta excesiva de sal: pasarse con la sal puede dañar el corazón debido a la alteración de la presión arterial. Cuánta menos sal, menos retención de líquidos. Tal y como informa la Fundación Española del Corazón (FEC), su consumo debería ser muy limitado e incluso, inexistente. ¿Qué utilizar en sustitución? Hierbas aromáticas, especias, limón o vinagre. Aunque también debemos tener en cuenta la sal presenta en los alimentos procesados.
-No beber suficiente agua: la hidratación es fundamental para el bienestar general del organismo. Y sobre todo para no retener líquidos. Si bebes agua, irás con más frecuencia al baño y por tanto, no te sentirás tan hinchada.
-Debido al desajuste horomonal: la retención de líquidos es un problema especialmente frecuente en las mujeres. Sobre todo antes de la menstruación.
¿Qué solución existe?
Si se trata de una causa no patológica, la alimentación y la actividad física puede ser la clave para paliar este problema. Y es que, las frutas y verduras que son muy ricas en antioxidantes y sustancias antiinflamatorias, como la piña, los cítricos y los frutos rojos son especialmente beneficiosas.
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