El pasado mes de mayo, Jordi Évole visitó ‘El Hormiguero’ y habló de una enfermedad que padece y que le hace perder, de manera repentina, el tono muscular: cataplexia. En aquella ocasión, el reportero explicaba: «Cuando me entraba la risa con según qué amigos, me entraba una flojera en el cuerpo de caerme, de no poder sostenerme verticalmente. Perdía la musculatura y me caía».
Relataba también cuándo le había sucedido por última vez: «La última vez que me pasó, y que ahí me preocupé, fue cuando estábamos grabando con Iniesta en Japón y me entró un ataque de risa que me caí de espaldas y me pegué un ‘cebollazo’ contra el suelo en la cabeza».
«Es un desajuste del sueño que se manifiesta en que cuando te ríes, te caes. Parece como que todo el sueño que no has tenido profundamente durante la noche te entra por ahí y como que todo el cuerpo se te duerme, menos tu cabeza que sigue consciente», terminaba de detallar, para que la gente pudiera hacerse a la idea de lo que era.
Hace una semana, Évole regresaba al mismo plató. Y fue allí donde, en directo, se asistió a un principio de una de esas crisis. Jordi, que acudí a presentar su nuevo programa, ‘Lo de Évole’, estaba pidiendo a los medios que no se inventaran lo que no era sobre su salud, porque sus padres se preocupan.
En ese momento, Jordi agachó la cabeza contra la mesa y Pablo Motos se alarmó: «A ver si te vas a desmayar, poca broma«. Él respondía que, efectivamente, le estaba «dado un poquito«, pero que no había que preocuparse porque está controlado y convenientemente medicado.
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