El tradicional discurso del Estado de la Unión de Estados Unidos ha sido este año más tenso que nunca. La cita ya se anunciaba peliaguda desde el momento en el que Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara, y Donald Trump se enzarzaron en una discusión previa sobre la fecha en la que celebrar este discurso. El actual presidente no tuvo más remedio que plegarse a la fecha señalada por Pelosi y ayer la tensión se podía cortar con cuchillo. Pelosi le presentó de la manera más fría y Donald Trump ni siquiera la saludó. En un ambiente hostil como este, la familia al completo del presidente quiso mostrarle todo su apoyo y acudió unida como una piña. Las mujeres del clan Trump demostraron su fuerza a través de conjuntos listos para ganar y mostrar su poder.
La primera, Melania Trump, quien hacía su entrada triunfal en el Congreso con un sobrio vestido de chaqueta negro, presumiblemente de Dolce & Gabbana aunque este dato no ha trascendido. Melania representaba con su chaqueta perfectamente abotonada y su falda midi la máxima expresión de la elegancia y discreción que se le presupone a la primera dama de Estados Unidos.
Ivanka, el ojito derecho de Donald Trump y viceconsejera de la Casa Blanca, eligió un vestido también negro, sin mangas y de corte midi firmado por Givenchy. Un diseño rematado con botones dorados y con un cuello perkins de color rojo que Ivanka hacía combinar con sus zapatos de salón.
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Su hermana, Tiffany Trump elegía un modelo algo más sofisticado pero sin salirse del código de vestimenta que casi todas parecían seguir: el del traje de chaqueta. Ella lo llevaba en un delicado color pastel, adornado con botones joya y de corte péplum. Y lo combinaba con un accesorio un tanto sorprendente para la ocasión, un choker de brillantes que le daba un toque a lo Paris Hilton que chocaba con la sobriedad y los looks de corte ejecutivo propios del Congreso.
La nuera de Donald Trump, Lara Lea, mujer de Eric Trump, elegía el conjunto más formal. Un traje de chaqueta y pantalón en color camel. La doble botonadura en color negro de su chaqueta hacía juego con su camiseta y como remate indispensable un collar de perlas de varias vueltas. El toque definitivo para cualquier miembro de la Casa Blanca.
Kimberly Guilfoyle, pareja de Donald Trump Junior, fue la única que se salió del guión establecido de elegir conjuntos discretos y se presentó con un potente vestido de corte midi en color rojo. Fue la nota definitiva que marcaba la clara intención de las ‘chicas Trump’, que estaban allí para trasladar toda su fuerza y seguridad a su presidente en uno de los discursos del Estado de la Unión más polémicos que se recuerdan.
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