¿Qué fue de Betty Missiego?

Jerusalén, 31 de marzo de 1979. El Festival de Eurovisión está ya en la fase de votaciones, y Betty Missiego va en cabeza con 116 votos, uno más que Gali Atari & Milk & Honey, los representantes de Israel. Su interpretación de «Su canción» ha sido extraordinaria, y casi nadie duda de su victoria.

Además sólo queda un país por votar: España. ¿Qué puede salir mal? Nuestra delegación empieza a dar sus puntuaciones, se producen ciertos malentendidos con los números, los nervios aumentan en la sala… y en el último momento nos pegamos un tiro en el pie: «Israel, dix points, Israel, ten points». Regalamos la victoria a nuestros perseguidores, y Betty Missiego queda en segundo lugar.

Tan triste despropósito hizo que se desatara el rumor de que Televisión Española había dejado ganar a Israel para no organizar el Festival el año siguiente, ante el clima de inseguridad política y social por el repunte del terrorismo. El propio Miguel de los Santos, comentarista de Eurovisión en 1979, reavivó la sospechas años más tarde al decir en una entrevista: «Mi impresión es que TVE no quiso ganar esa edición del festival para no verse obligada a organizarla el año siguiente». Pero es imposible, ya que los votos se emitían antes de conocerse los primeros resultados. Simplemente, fue mala suerte. Así se lo tomó la propia Betty Missiego, que aplaudió espontáneamente a los ganadores, y nunca mostró rencor por lo sucedido. Eso sí, recordó en varias ocasiones lo incómodo que fue el viaje a Israel por las fortísimas medidas de seguridad. ETA estaba en un momento especialmente virulento, y temían que nuestra candidata fuese su objetivo.

Además, Betty nunca acusó el traspiés eurovisivo. Es más, siempre setuvo agradecida por la oportunidad, y después continuó con su carrera con éxito. «Eurovisión me cambió la vida, he viajado mucho y lo más importante es que los eurofans me han seguido siempre y me han puesto en un pedestal», dijo la cantante peruana en una entrevista.

Missiego había llegado emigrado de Perú a España en 1968, y aunque consiguió la nacionalidad española en 1972, no renunció a la peruana. Maestra de la canción folklórica, también tuvo éxito en nuestro país interpretando temas de espíritu pop durante los setenta, con exitazos como «La cita», «Tengo la piel cansada de la tarde», «Yo te quiero a ti» o «Tener un hijo tuyo».

A pesar del disgusto de Eurovisión, el concurso fue su catapulta definitiva y la primera mitad de los ochenta fueron suyos. Participó en el World Popular Festival de Tokio, teloneó durante una semana a Julio Iglesias en el Olympia de París («Julio me quitó canciones, me redujo la actuación, quizá porque me aplaudían mucho», contó tiempo después), y aunque a partir de 1989 bajó el ritmo de producciones discográficas, siguió en activo hasta el año 2015. Desde 1999 no publicó más discos, pero en la década de los 2000 se unió a Mochi, Elsa Baeza y Alfonso Pahino en el proyecto «Estrellas de Siempre, en homenaje a Cecilia y Nino Bravo.

Uno de sus hijos, Joaquín, se dedicó a la música y alcanzó un enorme éxito con «Cachete, pechito y ombligo» (¿recuerdan la canción del verano de 1996?). Pero en 2012, estando en Santander para preparar una serie de recitales junto al pianista Tato Rodríguez, recibió la peor noticia de su vida: la muerte de su otro hijo, Fernando, al chocarse con su moto contra un tractor mientras se dirigía a su escuela de baile en Valencia.

Aquel mazazo la dejó con pocas ganas de volver a los escenarios, y en diciembre de 2015 se despidió de ellos con un concierto en el Teatro Cervantes de Málaga. Su marido, Fernando, justificó la decisión con un emotivas declaraciones a OGAE, el club internacional de fans de Eurovisión: «Ha sido una carrera muy intensa y larga. Décadas de muchas giras, promociones, grabaciones, certámenes, viajes entre dos continentes… Ahora las cosas no están como antes en el mundo de la música y, de alguna manera, Betty ya ha cumplido con su público. Se ha llevado toda la vida entregada a su trabajo y es digno y justo que se despida ahora, en plenas facultades vocales y dejando un legado de canciones inolvidables y una carrera intachable, contando además con el cariño que siempre le ha dado el público».

«Estoy muy emocionada», dijo Betty al despedirse. «Me marcho de los escenarios porque ya estoy muy cansada y a mis 77 años necesito tiempo para disfrutar de mi casa, mi marido, mis hijos, mis nietos, mis amigos… Quiero vivir tranquila, viajar por placer y tener el tiempo libre que en tantos años no he disfrutado. Creo que ya me toca vivir para mí y dejar paso a otras generaciones que llegan con fuerza y mucho talento. Me va a dar mucho gusto decir adiós cantando a mi público, a mis fans de toda la vida, a los eurofans que siempre me han tenido presente y a los que debo tantas cosas…».

Reaparición

Por suerte, hubo una ocasión más para disfrutar de su talento sobre las tablas, en 2018. La cantante se animó a aceptar la invitación de las fiestas del Orgullo Gay, y dio un concierto en la Plaza de España junto a otros participantes euyrovisivos como Karina (1971), Micky (1977), Baccara (1978), Lucía Pérez o Barei. Y se lo pasó tan bien que este mismo año, también se unió a la fiesta previa al festival de Eurovisión que se organizó en Madrid, donde cantó una vez más «Su canción».

Además, pudo «vengarse» del dislate de 1979, aunque sólo fuera de broma. Poco antes de comenzar el concurso en Tel Aviv, Netflix lanzó una genial parodia de «La Casa De Papel» protagonizada por ella y Anabel Conde (segundo puesto en 1995), en la que Missiego interpretó a la líder de una banda formada por Manel, David Civera Lydia y Genoveva que pretendía recuperar la victoria que aquella desgraciada votación le quitó en 1979.


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