Es periodista, gaditana y espera su primer hijo en marzo: Noelia Vera, la mano derecha de Irene Montero en Igualdad

Cuando en 2015 estalló en Podemos la crisis por los problemas fiscales de uno de sus fundadores, Juan Carlos Monedero, Pablo Iglesias necesitaba con urgencia una persona de confianza que pudiera hacer frente al apuro comunicativo. A su lado había especialistas, pero el líder de la formación algo más y se fijó en Noelia Vera Ruiz-Herrera (Cádiz, 1985).

Vera no solo conocía bien a Monedero, sino que además era periodista de formación e Iglesias había depositado su confianza en ella al haberle dejado al frente de La Tuerka,programa que lanzó a Pablo Iglesias a las tertulias televisivas y después, a la política. El líder de Podemos explica a Vanity Fairque lo que más destaca de ella es “enorme sensibilidad”, por eso pensó que era la persona indicada para ambas tareas.

Desde entonces, Iglesias siempre la ha querido cerca. Tras la dimisión de Monedero, le ofreció no solo llevar la gestión de su comunicación digital, lo que incluía la gestión de las redes sociales, un campo en el que Iglesias es muy receloso, sino también encabezar la candidatura de Podemos en su provincia, Cádiz. El secretario general de Podemos también creyó que debía encargarse de la Comisión de RTVE además de ostentar la portavocía del partido, primero junto a Pablo Echenique y después en solitario. Ahora, vuelve a la segunda posición en favor de Echenique como secretaria de Estado de Igualdad en el ministerio del mismo nombre que dirigiría Irene Montero.

Periodista de vocación

Noelia Vera es periodista por convicción, a pesar de que su vocación esté tocada por lo que considera un deterioro de los medios de comunicación. Comenzó en el oficio en plena adolescencia, con apenas 14 años inició su precoz andadura en el periodismo en un programa que hacía con unas amigas en una radio en Cádiz en el que hablaban de los problemas de sus vecinos. Según ella, un juego periodístico al que se dedicaría hasta los 17 años, momento en el que se mudó a Madrid para convertir esa afición en una carrera en la Universidad Complutense. La inclinación por el periodismo le viene de su padre. Aunque este no se dedicaba a ello, en el taller de coches que regía tenía una máquina de escribir. Fue gracias a ese aparato lleno de grasa, recuerda Vera, que le cogió el gusto a lo de contar historias. En Madrid, tras obtener la licenciatura en Periodismo, cursó un Máster en Periodismo de Agencia en la Universidad Juan Carlos I y se formó como becaria en CNN, el Diario de Cádiz y Telemadrid antes de saltar el charco para seguir aprendiendo en la delegación de la agencia EFE en Buenos Aires, Argentina.

Hasta entonces, Vera había vivido en una granja familiar en su ciudad natal, el Puerto de Santa María (Cádiz), junto a sus padres, sus abuelos y sus tíos, uno de los cuales tenía además allí una clínica veterinaria. Haberse criado en ese ambiente, relata Vera a Vanity Fair, le indujo un animalismo que asegura mantener a día de hoy gracias a tres perros que conviven con ella y su pareja, con quien espera un hijo para el mes de marzo.

De mochilera por América Latina

Para Vera, el mejor aprendizaje en Latinoamérica no fue tanto su trabajo en la delegación de EFE en Argentina como la vitalidad latinoamericana. El continente le atrapó hasta tal punto que decidió recorrerlo como mochilera durante ocho meses que aprovechó para conocer, sobre todo, la cultura indígena, de la que escribiría con asiduidad para diferentes medios.

Tras ese viaje, regresó a España, coincidiendo con el estallido del movimiento 15M, en el que se involucró. Aunque en el instituto se manifestó contra la LOU, aquel movimiento fue lo que la hizo entrar en política. Cubría los acontecimientos en las plazas por el día y dormía en ellas por la noche.

Pero no podía olvidar América Latina, a la que decidió volver. Esta vez a Bogotá, Colombia. Además de escribir distintos reportajes centrados en los Derechos Humanos para varios medios españoles, entró en contacto por primera vez con la política institucional al trabajar como asesora de comunicación para la Alcaldía de la capital colombiana. Estuvo allí tres años hasta que quiso volver a probar suerte en su país natal. Tras su paso por La Tuerka, donde dice que aprendió que “en los medios también se milita" y para Iglesias, según cuenta a esta revista, siempre será especial mantener a su lado a alguien que llegó a Podemos a través de ese programa.

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