Desde que Meghan Markle empezó a salir con el príncipe Harry, cambió la forma en la que el mundo veía a la familia real británica. La actriz era moderna y estadounidense, además de tener raíces afroamericanas, toda una revolución en una institución tan conservadora. Al principio la prensa adoraba a Meghan, pero con el tiempo los rumores dañinos y los ataques a la duquesa comenzaron a ser constantes. La pareja se ha sentido tan incómoda con la situación que Harry se vio obligado a lanzar un comunicado a los diarios británicos hace varios meses pidiendo respeto por su mujer y recordando por lo que pasó su madre. La situación no mejoró y los duques solo vieron una solución: un retiro de seis semanas en el que pretenden alejarse de los focos y dedicarse a su pequeño hijo de ocho meses, Archie.
Las vacaciones en Sandringham con la reina Isabel II y los cientos de cámaras y periodistas que persiguen cada paso de la familia no eran compatibles con esos planes. La casa real anunció con gran antelación la ausencia de los duques de Sussex, que se saltarían los planes familiares para pasar las vacaciones con la madre de Meghan, Doria Ragland. El revuelo fue generalizado, pero Meghan y Harry tenían la aprobación de la reina.
Al principio se especuló con Los Ángeles, pero más adelante el palacio de Buckingham lanzó un comunicado en el que se desvelaba Canadá como el lugar elegido por los duques de Sussex para su retiro. En el comunicado también destacaban la importancia que la decisión supone para la Commonwealth, con la que la pareja está volcada. Además, Meghan vivió en Canadá durante siete años y Harry ha hecho numerosas visitas al país, por lo que ambos están bastante unidos con el mismo.
La zona en la que se encuentran es la isla de Vancouver y los habitantes de la zona les han visto también por North Saanich; Harry ha hecho senderismo en North Hill. Información que confirma el diario canadiense Vancouver Sun. Bev Koffel, propietaria del restaurante Deep Cove Chalet, junto a su marido, el chef Pierre Koffel, contaba a la prensa que Meghan y Harry llamaron para hacer una reserva en el local. La respuesta fue negativa por parte de su marido, que rechazó su petición por las elevadas medidas de seguridad que acompañan a los duques de Sussex.
Cuando el duque de Edimburgo ingresó en el hospital, según varios diarios británicos, miembros de la familia llamaron a Meghan y Harry para ver si volvían a pasar las navidades con ellos. El debate sobre si los duques de Sussex deberían perderse una de las últimas Navidades con la reina Isabel y el príncipe Felipe, dada la avanzada edad de ambos, está abierto. La opinión pública está dividida.
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