Fue una de las noticias del año: ni Meghan Markle ni el príncipe Harry pasarían las navidades en Inglaterra. ¿Y qué mejor manera de retomar el interés de la familia real británica que con los pequeños de los duques de Cambridge? Dicho y hecho. Ayer, Kate Middleton y el príncipe Guillermo acudieron a la misa de Navidad en Sandringham acompañados de sus dos hijos mayores. El pequeño Louis se quedó en casa pero la princesa Charlotte, de cuatro años, y el príncipe George, de seis, asistían por primera vez al servicio religioso. Los cuatro entraron caminando a la iglesia, Kate Middleton cogiendo de la mano a su hija y el príncipe Guillermo hacía lo propio con el príncipe George.
La duquesa de Cambridge lucía un espectacular abrigo largo de lana rizada en color piedra con cuello y puños de piel de Catherine Walker. Lucía un tocado en color verde botella de Lock Hatters con zapatos y cartera de mano del mismo tono, ambos de Emmy London y que casaban a la perfección con el abrigo de su hija, combinados con unos pendientes de Kiki McDonough. Debajo del abrigo, su vestido de estampado de pavo real firmado por Michael Kors.
Para el estilismo de la pequeña, un abrigo de corte clásico de doble botón, Middleton confiaba de nuevo en la firma española de moda infantil Amaia Kids. Bajo el abrigo se apreciaba un vestido de cuadros en blanco y azul, que combinaba con unos leotardos y merceditas azules.
Bajo el abrigo, la duquesa de Cambridge llevaba un vestido estampado en verde y y tonos azules y remató el conjunto con unos discretos pendientes de amatista con forma de lágrima.
El príncipe George, como su padre, vistió con traje de chaqueta azul marino. Se nota que la familia está más que compenetrada.
A la tradicional misa de la iglesia de Santa María Magdalena acudieron también la princesa Eugenia y Beatriz de York con sus parejas, la reina Isabel II elegía el color rojo. El príncipe Carlos, Camilla de Cornualles y la princesa Ana** tampoco se perdieron la cita.
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