La historia de amor no la trazó nadie con un pasaporte inglés a pesar de que las consecuencias las sufrieran directamente las nacidas en la isla. Ni siquiera un sastre, un modisto o un aprendiz con taller en Savile Row. La prenda que hechizó a las inglesas hasta hacerlas casi desfallecer de gusto la llevó primero la protagonista de una película de Alfred Hitchcock, y tal fue la importancia que tuvo la inocente chaqueta de punto con botones en la parte frontal que llevaba Joan Fontaine que desde entonces va y viene, se cuela entre las tendencias, se convierte en inseparable de vaqueros y camisas y hace que hoy, más de medio siglo después, queramos revisitar el filme Rebeca que le dio nombre y aumentar nuestra colección de básicos de fondo de armario que como bien demuestra la historia, y de rebote la moda, son eternos.
© Ilustració Mar Lorenzo Sales
La Rebeca de Hitchcock se hizo tan famosa en Inglaterra como la propia Diana de Gales, y precisamente ella lució el cárdigan tantas veces como le fue posible pero nunca por encima de sus posibilidades. La abrazó tan fuerte como se abraza a una americana con cuadros príncipe de Gales; a una chaqueta encerada Barbour o a unas botas de agua con las que recorrerse la campiña, un paraguas en la mano, y un pañuelo anudado en el cuello o en la cabeza.
© Cortesía Zara
Amada y denostada durante una época por mujeres con diferentes edades en el DNI, la querías en los ochenta si habías superado los treinta. No te gustaba demasiado si entonces comenzaba tu adolescencia. Estas últimas son las que hoy las aman, probablemente empujadas no solo por la rica hemeroteca plagada de imágenes de una joven y dulce Lady Di siempre perfecta y un punto exagerada rodeada de gente y niños (sus hijos), sino porque Alexa Chung, Victoria Beckham o Poppy Delevingne cogieron con ganas y fuerza su testigo.
© Cortesía Zara
El amor de las inglesas por las rebecas y jerséis de punto, combinados casi siempre con camisas de cuellos oversize, victorianos o adornados con lazadas que casi casi requieren técnicas especiales de composición traspasó fronteras, cruzó Europa y llamó a nuestra puerta con un suave knock knock.
Hizo lo propio en la de Gucci hace unas cuantas temporadas, y no olvidó pasarse por casa Loewe, Miu Miu, Acne… y por supuesto Zara y todas sus hermanas pequeñas (Stradivarius, Oysho, Bershka, Massimo Dutti…).
© Cortesía Zara
Confeccionadas en mezcla de alpaca o mohair y lana, los cárdigans que propone Zara bucean en la diversidad. Elegir uno es complejo y amarlo o no o no dependerá ni de su color, ni de su esponjoso tejido, largo o estampado, únicamente de la camisa con la que lo llevarás.
Zara lo propone todo, y nuestros favoritos aquí están. Como la madre de los Príncipes Harry y Guillermo, el bonus extra de tendencias siempre nos seduce y los cuellos almidonados nos vuelven locas. Probemos también con los volantes, atrevámonos con los lazos y demos siempre rienda suelta a nuestra imaginación.
© Cortesía Zara
La hemeroteca es sabia y Zara es el rey de los recursos. Amemos tanto o más que las inglesas los cárdigans. Y llevémoslos como ellas. Con vaqueros rectos. Con faldas plisadas.
© Cortesía Zara
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