Carola Miró i Bedós acompañó a Quim Torra a los juzgados cuando fue procesado por negarse a retirar los lazos amarillos de los edificios públicos en la precampaña de las elecciones generales del pasado mes de abril. Hoy, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya ha dictado sentencia sobre el caso y ha inhabilitado a Torra durante año y medio por un delito de desobediencia.
Culé, como su marido, Carola Miró (54 años) acudió ayer con él al partido que enfrentó a Barça y Madrid. También comparte con quien es su pareja desde hace más de 30 años la causa independentista. Tiene plaza de profesora en la Escola Thau de Barcelona, un centro concertado de corte católico situado en la zona alta de Barcelona, concretamente en el barrio de Pedralbes. Es uno de los centros alineados con el independentismo y en él estudió, por ejemplo, Jordi Pujol Ferrusola. Una operación la tiene de baja de su labor docente, pero no de su activismo, pues se la pudo ver en la toma del aeropuerto de El Prat cuando tuvieron lugar los altercados organizados por Tsunami Democràtic y los CDR después de conocerse la sentencia del procés.
Tres hijos en común
Hasta que Torra fue nombrado presidente de la Generalitat el 17 de mayo de 2018, Miró era una desconocida. Tras sus primeras fotos en el Palau, empezaron a conocerse más detalles sobre la vida de la pareja. Por ejemplo, que son padres de Carola (27 años), Guillem (25 años) y Helena (23 años), todos vinculados en mayor o menor grado a los CDR (Comités de Defensa de la República) que la madre abandonó cuando Torra fue nombrado president. No así sus hijos: a la mayor se la pudo cortando las vías del AVE en los días más calientes de los altercados en Barcelona.
La esposa de Torra también intentó entrar en política de manera activa en 2010 cuando se incluyó en las listas por Barcelona de la formación Reagrupament Independentista, pero no salió elegida ni tiene cargos dentro de la entidad. Con su mujer ha hecho Torra muchos viajes, como atestiguan algunas fotos que se han podido ver en las redes sociales. Reino Unido, Estados Unidos o Suiza, país donde el matrimonio vivió un tiempo cuando él trabajaba para la empresa de seguros Winterthur.
Ahora, la sentencia del juzgado catalán debe ser confirmada por el Tribunal Supremo. De ser así, Torra quedaría fuera de la vida política, pues según la Ley Electoral, la desobediencia es un delito contra la Administración Pública que impide al condenado ser elegido, lo que obligaría a su partido a buscarle sucesor de cara a las elecciones catalanas que se esperan para 2020.
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