Kate Middleton va a cerrar 2019 por todo lo alto. Con la polémica que rodean a los Windsor por culpa de los escándalos del Príncipe Andrés, la cancelación de la fiesta de compromiso de la Princesa Beatriz, y las guerras de los Sussex con la prensa, la Duquesa de Cambridge parece la única en la Familia Real capaz de dar un respiro a la Reina Isabel II en este nuevo ‘annus horribilis’. Quizá por eso está ejerciendo de anfitriona oficiosa en los últimos eventos de Palacio, donde ha vuelto a brillar con su look, esta vez en la recepción a los miembros del cuerpo diplomático.
Si en la cena de gala por el 70º aniversario de la OTAN acertó con un vestido verde hierba que consiguió plantar cara a la mismísima Melania Trump, esta vez Kate Middleton se lleva nuestra matrícula de honor con el que, probablemente, sea su mejor look del año.
Firmado por Alexander McQueen, la Duquesa de Cambridge ha apostado por un impecable vestido de terciopelo azul-oscuro-casi-negro (que diría Sánchez Arévalo) de silueta minimalista que le sentaba como un guante, con unos maravillosos hombros marcados que terminaban en un favorecedor escote en uve adornado por un impresionante collar de diamantes, a juego con sus pendientes XL. Además, Kate Middleton se ha coronado con la tiara Lover’s Knot, la que fue favorita de Diana de Gales y que la que hubiera sido su nuera ya llevó el pasado hace un año con otro diseño de McQueen.
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