Adelgazar con la medicación de un diabético

La noticia saltaba hace unas semanas: rotura de stock en las farmacias de un medicamento para la diabetes. Los desabastecimientos de medicamentos no son nuevos y de hecho, Emilio de Benito, Senior Advisor Healthcare, así nos lo recuerda: «periódicamente hay problemas de desabastecimiento, bien por un aumento de la demanda o bien por problemas de fabricación». Nos recuerdan las alertas que saltaron cuando en 2018 estos desabastecimientos de fármacos subieron un 45% o la paranoia que provocó que hubiera desabastecimientos de algunos determinados fármacos durante la pandemia del coronavirus.

Pero, ¿qué sucede cuando ese desabastecimiento es por un aumento en la demanda… para un fin diferente al que está diseñado? Esto es lo que ha pasado con un medicamento llamado Ozempic, cuyo compuesto principal es la semaglutida y está destinado a tratar la diabetes.

Sin embargo, este aumento en la demanda que rompió el stock en algunas farmacias no fue precisamente por diabéticos, sino por gente a la que le llegó la información de ser un arma eficaz para adelgazar. Sólo en TikTok, el hashtag «ozempic» ya tiene más de 200 millones de visitas y puedes ver fácilmente en un primer scroll cómo miles de usuarios aconsejan tomarlo para tratar problemas de obesidad (todo, sin prescripción médica).

Ahora bien, esta «segunda vida» del fármaco, tiene consecuencias. Y pese a lo que muchos prometen que logra en el terreno de la obesidad (hay quien afirma que ayuda a perder hasta 10 kilos en un período de 3 meses), sus usos para este fin no están probados ni demostrados por la ciencia.

Hemos consultado a los expertos para que nos den su opinión sobre el tema y podamos entender a qué nos exponemos cuando suceden estas cosas.

¿Qué es la semaglutida?

Es el compuesto principal de este tipo de medicamentos que actúa «imitando» a las hormonas incretinas, es decir, las hormonas que producimos cuando comemos. Son los medicamentos de los grupos GLP-1 Y GIP y entre sus funciones destaca la de ayudar al páncreas a producir insulina y reducir los niveles de azúcar en sangre. De ahí que sea una vía de actuación sobre la diabetes. Pero también, este tipo de medicamentos ayudan a regular el apetito y hay incluso endocrinos que lo están prescribiendo a algunos de sus pacientes.

Basta una pequeña información como esta para que salte la chispa. La mecha la terminan de encender los famosos que lo prueban. Después llega la explosión viral y como consecuencia, el episodio vivido hace unas semanas, con sus consecuencias.

Entre algunos de los nombres famosos que han integrado este medicamento en sus dietas están, como no, Kim Kardashian, presente en cualquier fregado de este tipo que se precie o Elon Musk (del que tampoco nos extraña nada). Quienes lo han probado afirman perder peso de una forma más rápida pero no deja de estar exento de una serie de efectos adversos para quienes no son diabéticos que convendría tener en cuenta si se toma sin un control profesional.

Por ejemplo, náuseas, falta de tolerancia a algunos alimentos e incluso problemas relacionados con la vesícula biliar, como la pancreatitis o la retinopatía diabética. Por no hablar de los efectos rebotes a largo plazo de ese adelgazamiento milagroso. Porque, estamos hartas de escribirlo: si lleva la palabra milagro al lado, huye.

«El boom del uso de semaglutida como la «droga milagrosa» para la pérdida de peso tiene mucho que ver con las redes sociales», afirma Eduardo Senante, farmacéutico y dueño de Farmacia Senante, en Zaragoza.

«Llevan meses inundándose de vídeos, sobre todo provenientes de Estados Unidos, donde se publican fotos del antes y el después del uso de semaglutida, grupos de Facebook donde se dan consejos sobre cómo poner las inyecciones, etc.» Pero el farmacéutico nos habla de un punto de inflexión clave: cuando saltó el rumor de que Kim lo usara para encajar en el famoso vestido de Marilyn Monroe para la MET Gala de 2022, para el que, supuestamente, perdió 8 kilos en 3 semanas.

¿Un nuevo campo por explorar en el terreno de la pérdida de peso?

Pues según las investigaciones y los expertos, podría ser. Senante explica que «sin duda alguna este tipo de fármacos como la semaglutida, análogos del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), parecen ser una de las principales líneas de investigación en cuanto a fármacos para luchar contra la obesidad. De hecho, las terapias combinadas entre semaglutida y agonistas de la amilina como la cagrilintida, han demostrado resultados prometedores en la pérdida de peso. Y parece ser que el futuro en el campo de la pérdida de peso puede ir por ese camino». Ahora bien, también recuerda que en este caso, es un medicamento regulado (al menos en nuestro país), que necesita de una prescripción médica para su dispensación.

Así que la pregunta es, ¿qué falta en la regulación de este tipo de medicamentos para que no vuelvan a suceder estos desabastecimientos «irresponsables»? Para Emilio de Benito, está claro: «cuando la población descubre, con más o menos base, que hay un producto para adelgazar, supone un inevitable aumento de ventas. Lo más sencillo para controlarlo es prohibir su venta sin receta o clasificarlo como medicamento de dispensación hospitalaria».

Otra de las vías que cree que podrían ayudar a que no se repitieran episodios como los sucedidos explica que sería «negociar con las farmacias para que reserven un número de dosis al mes para sus usuarios. Es fácil tener una idea de su número viendo el histórico de unidades dispensadas.» Y abre una tercera opción: «la más rentable para los fabricantes: aumentar la producción. Claro que eso no es sencillo, ni inmediato. Y el atractivo del fármaco como tratamiento antiobesidad caerá en cuanto surja otra moda. Tiene la ventaja de que su uso ya ha sido aprobado por la FDA», explica.

Eduardo Senante añade que «como suele ocurrir con todo lo que se viraliza en redes sociales, siempre hay personas que acuden a la farmacia en búsqueda de ese medicamento que han visto usar a la famosa o famoso de turno, pero afortundamente desde las farmacias siempre les indicamos que se trata de un medicamento sujeto a prescripción médica, cuyo uso además necesita un seguimiento médico».

Queremos indagar un poco más y preguntamos al farmacéutico sobre qué es lo más bizarro que le han pedido en la farmacia para peder peso. Y lo que nos cuenta no tiene desperdicio: «eso casi merecería un capítulo a parte… pero entre algunas de las cosas más extrañas que me han pedido está el caso de una persona que me dijo si tenía bolas de algodón para mezclar con la comida. Ante mi extrañeza le dije que no entendía lo que necesitaba y me comentó que había leído a una celebrity decir que ella adelgazaba poniéndose bolas de algodón entre la comida, porque veía el plato lleno, pero después sólo se comía la mitad, puesto que iba quitando los algodones. Imaginaos mi cara de sorpresa.»

Así que usemos la cabeza, que para algo la tenemos.

Vía: ELLE ES

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