Annie Ernaux , ahora en pantalla en 'Les Années Super 8'

Cuando Annie Ernaux recibió el pasado mes de octubre el Premio Nobel de Literatura 2022 no era solamente su escritura -esa que ella misma catalogó como l’ecriture plane -(escritura plana)- la razón que le alzó con el meritorio galardón. Este honorífico es también un aplauso al coraje y a la valentía que traspasan cada una de las páginas de los más de veinte libros que avalan su trayectoria como escritora. Leer a la francesa es algo parecido a dejar a un lado cualquier escudo y desnudar el alma. Es una confesión, una honesta conversación a solas en la que la intimidad más cruda, pero real, se mimetiza (sin ser este el propósito) con el pensamiento de los lectores. Decía ella en su libro El acontecimiento, editado por Tusquets en España, que «el hecho de haber vivido algo, sea lo que sea, otorga el derecho imprescriptible de escribir sobre ello«. Y no cabe la menor duda de que sus palabras viajan a la par de sus actos, porque no hay tema que se le quede en el cajón por contar. La relación con su madre, su aborto, el quebrantamiento de su matrimonio o la pasión y el deseo desgarrador que le llevó a sufrir por su amante.

Los libros de Annie Ernaux son la biografía de su vida, pero ahora, a sus ochenta y dos años, la lillebonnaise vuelve a deleitarnos con, no un nuevo pero sí visual, capítulo personal. Lo hace en Les Années Super 8, un documental guionizado por ella y dirigido por uno de sus dos hijos, David Ernaux-Briot, en el que mediante una sucesión de imágenes crea una narrativa espectacular de la década que vivió de 1972 a 1981, cuando su relación con el que fuera su marido, Phillipe Ernaux, se vio desquebrajado.

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Fue en la última edición del Festival de Cannes 2022 cuando se presentó, pero es ahora, en el Festival Internacional de Mediometrajes de Valencia, La Cabina, cuando se proyecta por primera vez en España, en una sesión especial de 61 minutos.

Todo espectador que sea fan de la escritora reconocerá en sus palabras algunos de los fragmentos que hemos podido leer en sus entrevistas o en sus libros. Les Anées Super 8 es un encargo de un texto que David pidió a su madre y que pronuncia con su voz en off, para completar ese recorrido fotográfico. Son fotografías tomadas por el padre de familia (la expresión cobra sentido y recuerda a los roles de género que siempre manifestó Annie que existían en su núcleo familiar) en el que se traza una línea, por fin, visible, de cómo era la vida de la familia por entonces. Hay instantáneas de los paseos a los niños, de sus viajes de verano, de su casa en la romántica ciudad de Annecy y hasta de los regalos de Navidad.

Escuchando, al compás, la voz de Ernaux podemos comprobar cómo la dificultad de su maternidad suponía una piedra para poder ejercer su profesión. Somos conscientes también del ajetreo político que impregnaba el contexto del momento (las divisiones sociales, Mitterrand, Albania soviética o la muerte de Franco, entre otros) gracias al relato que hace de sus viajes: Chile, Portugal, Londres o, también, muchos territorios de la geografía española. Sin embargo, el filme pone su broche final, en «el último viaje». El que realizó a Moscú un año antes de separarse de Phillipe.




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